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viernes, 22 de agosto de 2014

24 MOZARRÓN RESTALLANTE DE SALUD



MOZARRÓN RESTALLANTE DE SALUD
Valladolid 24 de Septiembre de 2009

Querido nieto cumpleañero: Te deseo con todas las fuerzas de mi corazón que hoy, y siempre, te rodee un ambiente de risas y alegría que te haga resudar felicidad por todos los poros. Jorge, es una orden: disfruta de la vida con los cinco sentidos en compañía de esa muchachita simpaticona, risueña como una puesta de sol, pues  permanentemente lleva la sonrisa  colgada de los labios y de los ojos, en posesión, además,  de la belleza y la dulzura. Hazme caso, ¿vale?
No hace mucho, y, sin embargo hace tanto, pues la vida pasa tan callando, tan volando que parece que fue ayer mismo cuando eras un crío revoltoso, un rapaz tan enredador como gracioso, cuyas muchas y simpáticas travesuras se me han quedado grabada en la memoria y en el corazón.
Eres un mozarrón restallante de salud y juventud que se cree el Astro Rey, una estrella que brilla con luz propia, no sin falta de razón, porque además te adornan otras excelentes cualidades, tales como estar siempre predispuesto a ayudar a  quien te necesite,  y la de hacer las cosas bien por la satisfacción que produce lo bien hecho, sin embargo, a veces, no deja de desconcertarme tu modo de reaccionar por el remolino de ideas confusas,  eres hipersensible a la crítica y algún miedo me tienes metido en el cuerpo, porque en cuanto abro la boca o te escribo parece que te estoy lanzando cócteles Molotov. Así que ¿tenerte contento? Pues no, que ilusión, ojalá pudiera. Ojalá también el taliento  de tu celebro capte esta idea: las personas que merecen la pena, es decir, las que poseen inteligencia racional y emocional, lo que a ti no te faltan, son positivas, comparten sus sentimientos con los demás, toleran las críticas y saben ¡oh, maravilla! No reírse del más débil, sino de sí mismo. ¿Te parece bien, mal o regular?
Querido Jorge, mira, veras, diga lo que diga no me hagas mucho caso, porque aunque aún me queda algún espíritu juvenil, tengo mucha juventud acumulada y futuro por detrás, estoy a punto de celebrar mi octogesimooctavo aniversario y bien sabido es que los viejos somos un poco tontainas. Está claro, sin embargo, que estoy obligado a vivir cada día como si fuera el último, por aquello de que mientras haya fulminante, ¡fuego y adelante! Por lo demás, pase lo que pase, como hacer pis en el mar, no pasa nada.

Besos y abrazos de tu abuelo

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