Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 30 de noviembre de 2013

FIESTA ONOMÁSTICA



Querida Cuata: Quisiera poder regalarte uno solo de sus besos o un minuto a su lado pero como bien sabemos, los imposibles no son posibles por muy buena intención que le pongamos.
He pensado que te gustaría compartir con nosotros esta carta que tu apasito lindo te escribió tal día como hoy en 2001.

Como siempre, es tan actual que podría haber sido escrita hace media hora no más.
Hoy veras el más hermoso amanecer y escucharás cómo te canta “Las Mañanitas” y tendrás nuevamente su sonrisa especialmente para ti; su mirada para ti, sus caricias para ti, y con solo cerrar los ojos sentirás su beso y su fuerte abrazo.
Esta noche la estrella brillará más que nunca para desearte Felicidades y que cumplas muchos más.

Feliz cumpleaños cuata guapa.
Y a ti, mi viejito gruñón y adorable, te envío mi más grande cariño para que se lo entregues a mi padre y te quedes con la porción que desees.
Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz
Fiesta onomástica

Valladolid, 30 de Noviembre de 2001

Querida hija María del Pilar: Mi ferviente deseo para el día de tu fiesta onomástica es que resulte pródiga en acontecimientos emocionantes y lo pases guáys del Paraguáys, feliz como las golondrinas revoloteando y chillando locas de alegría  en torno a la torre de la iglesia de Cornón. Pero, hija, aún hay más, mucho más.
Para que en este día especial tu gozo sea completo te lo voy a decir todo de una vez: eres una magnífica hija, guapa, lista, simpática, generosa, vistes y calzas con elegancia, dotada de sensibilidad cocineril, pero la verdad no se ha de ocultar, se ha de decir, tu excelente cocina aún está a un nivel muy por debajo del mío. De tus sopas de ajo a las mías, por poner un ejemplo, hay un abismo, o dos.
Bien, pero así como digo una cosa, digo otra: satisfecho por entero y feliz por tu modo y manera de ser me voy a volcar contigo obsequiándote imaginativamente con un presente maravilloso.
Mira, verás, apretando a fondo el acelerador de mi fantasía he tenido despierto un sueño de grandeza: transmutado en fabuloso mago con poderes para realizar prodigios he convertido en realidad una utopía: ideo y creo en tu honor la más portentosa flor que jamás haya existido, la reina de las flores, hija de un sietecolores y una mariposa arco iris, un surtidor de colores fascinantes entremezclados y cambiantes según las horas del día. Los pétalos son finos filamentos semejantes a la cabellera de una reina que el viento peina y despeina para esparcir sus embriagadores colores inmarchitables, que son varios y también cambiantes. Según quien los huela percibirá una diferente y suave fragancia. La asombrosa flor no tiene nombre, bautízala tú. ¿Estás contenta?
Hija, no únicamente hoy, el resto de tus días seas perfectamente feliz

domingo, 24 de noviembre de 2013

CRITICA A "EL MARCAPÁGINAS"



Querido yayo Félix. Parece que fue ayer y hace más de seis años que leíste mi entonces  recién publicada primera novela “El Marcapáginas”.

Recibí ilusionadísima tu crítica porque sabía que sería lo más sincera que podría esperar. Tu opinión siempre fue muy importante para mí, y aunque pudiera o no, estar totalmente de acuerdo con ella, siempre me quedaba con lo más importante que de nuestras conversaciones resultase.

Nunca fuiste dado a regalar el oído; más bien al contrario, gustabas de lanzar darditos irónicos que mal entendidos incluso podrían molestar… Te aseguro que molesta mucho más no poder escuchártelos ahora; aunque te aseguro que si cierro los ojos y pienso muy fuerte en ti, puedo escuchar tu voz, tu risa y tu acento con fino toque al México que adoraste.

La crítica a mi segunda novela “La Madrastra”, la degusté a tu lado y fue tan magnífica como la que nos ocupa en esta tu carta que hoy publico.

Gracias por tus críticas, por tus ironías, por tus enseñanzas y sobre todo por tu enorme cariño. Recíproco, como bien sabes.

No olvides entregar a mi padre el amor que siempre te envío para él.

Dulces sueños mis queridosy añorados viejitos.



Marisa Pérez





CRÍTICA A “EL MARCAPÁGINAS”



Valladolid, 6 de septiembre de 2007



Queridísima Marisa, señora guapa, simpaticona e inteligente:



Oye, que he prestado tus libros a mi santa esposa, y ésta a una amiga, y las dos se muestran encantadas. Dicen que sirven perfectamente para argumento de una novela televisiva de éxito.

Estoy  plenamente de acuerdo, pero ¡ojo! Vamos a ver, aunque tu hija haya visto en mí a un abuelillo majete y tú a un padre “adoptivo” y seáis para mí una nieta y otra hija más, ambas maravillosas y a quienes quiero en sumo grado, bastante más que la trucha al trucho; más, mucho más que el escarabajo a la escarabaja.

¿Estarás contenta, no? Bien, pero no olvides quién soy, un criticón compulsivo incapaz de resistir la tentación de chismorrear sobre tus escritos, por supuesto, por delante el mucho cariño y estimación que me mereces, sumado al sincero deseo de ayudar, y a la evidente advertencia de que soy de Cornón y los cornitos estamos más para recibir que para dar consejos.

         Señora escribidora, pues eso, que yo también estoy enfrascado en la lectura de “El Marcapáginas”, pasándolo bien con el modo y manera con que creas y afrontas relaciones familiares, complicados conflictos existenciales, laberintos mentales y afectivos y todo esa cadena de peripecias y notables coincidencias en que involucras a tus protagonistas. Eres realista y por añadidura se te da de fábula montar diálogos y tus personajes están todo el rato güiri güiri, lero lero, que si timba que si mandinga, esto es, largando cantidad por la boquita; más o menos el ochenta por ciento del libro son diálogos, y aunque bien llevados, a veces pueden agobiar un poco.

         Marisa, corazón; exmillonaria, exgritona, lo fácil para mi es el elogio, los aplausos, pero como digo, la confianza, la muchísima confianza amistosa, -sin que tampoco quiera exceso de confianza-, me autoriza a chincharte un poco con comentarios y sugerencias, planteando, por ejemplo, que quizá ... Bueno, entendámonos, no creo que encuentres mucha sensatez en mi razonamiento, pero como tú vales mucho, muchacha, y sabes poner todo el corazón en poner las cosas bien y superarte, juzgarás si tal vez merezca la pena que en tus próximos libros eches a volar la fantasía, que es los ojos del alma, te metas en la mente de la gente y dejándolos solos con sus pensamientos, como si dijéramos que existe una complicación interior, la de la conciencia, permitas que fluya a sus labios y se desplayen echando fuera sentimientos, reflexiones, emociones...

Más propondría, sembrar los escritos, aquí y allá, de anécdotas, metáforas, historias, frases ingeniosas, razonamientos, etcétera, etcétera.

         Resumiendo: que lo principal, lo mejor, lo interesante no ocurra sólo fuera abriendo mucho la boquita, que también cuenten los monólogos íntimos para dar a la lectura más variedad, amenidad e intríngulis.

         Estupenda amiga Marisa, fervientemente te deseo con todos los tuyos, salud, suerte y felicidad.

viernes, 22 de noviembre de 2013

ALEGRE MANERA DE EMPEZAR EL DÍA



Querido yayo Félix: No puedo estar más de acuerdo contigo, pues aunque soy poco contempladora de amaneceres, sí lo soy de atardeceres y puestas de sol maravillosas como las que podemos disfrutar cada día; mucho más en otoño.

Ningún director de cine, fotógrafo o diseñador, es capaz no ya de igualar, si no de plasmar con verdadero realismo lo que el cielo nos regala cada día con sus antojadas nubes coloreadas por el sol; ni un día igualado a otro.

Ahora tienes la suerte de disfrutar todos los amaneceres desde un lugar privilegiado. Estoy segura que tú eres artífice y diseñador de ese espectáculo maravilloso para que cada día nos acordemos de ti. Gracias, pero no es necesario porque eres inolvidable.

Ahora me despido hasta la próxima enviándote un gran abrazo para que se lo entregues mi padre, y le pidas que te de otro de gran intensidad que yo le envío para ti.

Dulces sueños a los dos yayos más rechulos y guapísimos.


Marisa Pérez


ALEGRE MANERA DE EMPEZAR EL DÍA

 Valladolid, 25 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: He hablado con Rocío y ha mencionado al sol y al mar, lo que me ha refrescado la memoria respecto a que siempre he sido un apasionado contemplador de amaneceres sobre el mar.
Aún recuerdo vivamente la primera vez. Era joven y viajaba en tren, de Valencia a Barcelona, con mi madre visitando a mis hermanos.
Al paso por Tarragona yo dormía y la autora de mis días me despertó para que no me perdiera la espectacular y emocionante salida del sol sobre el Mediterráneo. También contemplé espectaculares nacimientos del día viajando en barco hacia México; desde Acapulco en el Pacífico, y más recientemente en Melilla, que me  tiraba de la cama aún oscurecido para contemplar desde  el perfecto mirador de la casa de Rocío  frente al mar la salida del sol.
El espectáculo es, a mi entender,  una de las maneras más alegres  y saludables de empezar una jornada. Ser testigo presencial de cómo tiene lugar el nacimiento de un nuevo día permite contagiarse de esa magia especial que irradian  las primeras horas de la mañana, en las que se van  borrando  las estrellas del cielo, la oscuridad se desvanece para dar, poco a poco, paso a la luz.
         Contemplando el amanecer siente uno como que la vida es más alegre y menos conflictiva. Los primeros rayos de luz  hacen que algo se renueva en el cuerpo por dentro y por fuera. La amplia gama de colores que se despliegan ante tus ojos con la llegada del Astro Rey es -me atrevo a decir- una terapia natural que agradece la piel y la vista.
         Dicen los expertos, y cierto ha de ser, que también ejercen acción beneficiosa sobre las células cerebrales, removiendo las neuronas, produciendo  marcada sensación de bienestar.
         Hijos, ser contemplador del día es comprobar en cierta medida que los milagros existen y son cosa de cada día si se mantienen bien abiertos los ojos para percatarse de ello. Y sobre todo, aún a mí ya mayorcito, me hace ilusionarme y fantasear con la idea de que todavía me quedan días por delante para disfrutarlos.
         Besos y abrazos.                

viernes, 8 de noviembre de 2013

FERNANDO... DURA BATALLA CONTRA EL CÁNCER



Querido yayo Félix. En estos días acaban de cumplirse tres años de la partida de Fernando y entre tus cartas encontré estas dos que en homenaje a él, a Eva, Raquel y Fernando, he querido publicar hoy en recuerdo de sus días felices.
¿Recuerdas cuando las escribiste? ¡¡Cuanta pena!! Reflexionabas en hipótesis lo que pronto comprobarías por ti mismo.
       Sigue doliendo tu no presencia física casi como el primer día…

Duces sueños querido yayo Félix para ti y mi padre y hoy también para Fernando y todos cuantos duermen junto a ti.

FERNANDO-2-11-2010

Querida Rebe: Con Fernando ante la tragedia del fin de su vida, la enfermedad es dolor, la muerte es dolor... misericordiosamente han logrado suprimir el dolor y sus últimas horas son menos angustiosas, pero frente al drama uno se pregunta ¿qué es el hombre? ¿Qué sabemos de nosotros mismos? La realidad pura y dura es que venimos al mundo a cumplir una misión y la de Fernando está cumplida, ¿y ahora qué? Todo se reduce a hundirse en la nada o por el contrario, el cuerpo no es más que la sombra del alma y ésta por ser algo totalmente diferente del cuerpo se encamina hacia otra dimensión, hacia otro destino feliz que sobrepasa las fronteras de esta mísera vida terrestre

¿Tú cómo lo ves?
Chao, besos.
Félix


DURA BATALLA CONTRA EL CÁNCER   -5-11-2010

Raquel, querida nieta: La pérdida del padre es una de las más tristes cosas que nos pueden ocurrir en la vida, en vuestro caso especialmente, que habéis pasado por la tristísima situación de  vivir con él la dura batalla contra el cáncer y hacer frente al dolor de verlo morir día a día. El gran sentimiento de tristeza te ha hecho llorar mucho, pero llorar es bueno, el llanto sirve de válvula de escape liberadora de la angustia
Llorar significa desahogar el corazón, y tu hermano no ha llorado, la tristeza se le ha quedado dentro. Por fortuna no os ha faltado, no te ha faltado el apoyo moral de familiares, pareja y amigos que ayudan a superar la pena. Terminó la dolorosa experiencia, ya Fernando descansa en paz.

 Abrazos y besos.

Félix