ORGULLOSO DE CONTAR CON BUENOS AMIGOS
Valladolid
10-09-2002
Amigos
Fer, Lety y todos los demás: Vuestra llamada telefónica me ha puesto a
considerar que, ¿de qué puede estar uno más orgulloso que de contar con buenos
amigos? Así que me declaro orgulloso de teneros por amigos a vosotros, amigos
en el concepto más amplio y en razón de ello ocupáis lugar preferente en nuestra mente y nuestro corazón.
Me
hablabas en tu última carta de estar preparándote para tu retirada laboral, lo
que supongo no será en absoluto arrinconarte. La jubilación es una magnífica
ocasión para que la vida adquiera otra dimensión, otro valor, otra forma
diferente de ver el mundo y con nuevos pensamientos y sentimientos, agradecer y
disfrutar de las pequeñas cosas de que la vida está llena. Vivir consiste
fundamentalmente en conseguir un objetivo: ser feliz, y la clave de la
felicidad es saber conformarse con lo que se tiene, y si algo falta se inventa,
así de claro y así de fácil.
Por poner
un ejemplo: ya no somos jóvenes, pero estamos rodeados de juventud, y con
optimismo, paciencia y tolerancia, con un humor risueño envuelto en cariño
tratemos de crear en su entorno un clima amable y cordial. O sease, que a
sentirnos felices haciendo dichosos a los que nos rodean, ¿te parece bien, mal
o regular?
Un poco de
vergüenza me da hablar de mí mismo, pero lo hago para decir que intento vivir
sin prisas ni sofocos, y en lo que te permiten, alegremente despreocupado con
el fin de mantener el corazón alegre como un grillo en primavera y él, agradecido,
se mantiene, de momento, vigoroso y aguanta todo lo que le echo. Mucho mejor
que andar con los nervios cargados de electricidad y la sangre hirviendo a todo
vapor, cuando el corazón late al ritmo de tiqui, taca, tiquitaca, pero de
pronto cambia el paso, tacatiqui y pierde un latido. Todo por no tomar con la
debida consideración la recomendación médica que receta ser portadores de la
bandera de la alegría y del buen humor, siendo el buen humor y la alegría los mejores conservantes de la salud, sin
efectos secundarios.
Por todos
es sabido que la risa es al hombre lo que el sol a las flores. Y ya que de
flores hablamos, Sr. Flores, los hombres somos como ellas: nacer, florecer,
reproducirse, morir y pudrirse, y siendo esto así, como así es, lo inteligente
es, como queda dicho, saber llenar nuestro espíritu de buenos pensamientos para
que vivir resulte bonito y en nuestro ir tirando por el mundo no falten motivos
de regocijo ni felices risas.
Cuatito
Fernando, aún eres pollito, aunque eso sí, muy reata y con más plumas que un
gallo, pero todavía no eres plenamente consciente, como lo soy yo, perro viejo
con un titipuchal de años encima, de que el más allá está cada vez más acá,
pero como vivir ha de ser algo más que ir muriéndose, y además, lo digo p'a que
lo sepas, como yo a la muerte miedo cual ninguno, a veces, llevado por la
fantasía en busca de algún significado mágico a las cosas, aunque hable entre
humos sé que me entiendes cuando hablando con el poeta digo que la vida es como
el día de hoy, que pasó y sólo fue un rayo de luz que volvió a su recinto, un
momento en el que participamos de su luz, un tiempo del que fuimos parte de su
catarata... Pero mira, Fer, más bien no hagas caso de utopías, que lo que
corresponde e importa, es relajarse, alegrarse, tonificarse, revitalizarse,
reír y echar en el saco del olvido las tristeza para que gocéis de salud, salud
y salud, que si resplandecéis de salud y buen humor, lo demás es lo de menos.
Abrazos
para todos y que os vaya bonito.