Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 24 de octubre de 2013

SER COMO NIÑOS



Ayer abrí mi ventana algo más pronto de lo habitual; vi un hermoso amanecer y pensé en ti y en lo mucho que disfrutabas contemplando el nacer de un nuevo día.
Veladamente me he disculpado muchas veces por no publicar a diario una de tus queridas cartas. Bien sabes que no es olvido ni falta de cariño o de costumbre, pero por unas cosas o por otras, no encuentro el momento de hacerlo más a menudo.
Lo importante es que sabes que te recuerdo con infinita ternura y ahora que tu hermano Paulino ha comenzado a mostrarnos su vida en cartas, iré intercalándolas con las tuyas en este tu Blog; porque estoy segura que te ilusiona que así sea.

Te quiero mucho; no olvides dar un abrazo a mi padre. Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz

SER COMO NIÑOS

VALLADOLID, 24 OCTUBRE DE 2001

Queridos hijos: Es posible que mis cotidianas cartas carezcan de interés; que algunas sean poco emocionantes, pese a ello me obligo a escribirlas porque según las investigaciones del tema, leer y escribir tienen efectos terapéuticos, dado que el esfuerzo mental que requieren renuevan  cambios en el cerebro que en alguna medida esquivan el deterioro de la memoria de las personas de edad avanzada.
La lectura, la escritura, los juegos de mesa, el  baile, los paseos y las actividades recreativas en general figuran entre las ocupaciones más recomendadas para llenar los ocios de las personas que tenemos metidas larga recua de años, ya que además de pasarlo bien estamos salvaguardando la salud tanto física como mental. Física porque aleja el riesgo de que el corazón pierda el buen ritmo, y mental porque evita que la memoria se evapore al ejercitar "el taliento del cerebro", aumentando lo que los médicos llaman "reserva cerebral" que reduce los riesgos de problemas propios de los abueletes.
Lo estupendo de esta cuestión es que los efectos son acumulativos, osea, a mayor diversión mayor salud. Dicho de otro modo, el riesgo de desarrollar estos problemas disminuye en mayor medida en las personas divertidas que en las aburridas. Dicho aún de otra manera, si uno tiene alegre el espíritu se aleja la posibilidad de desarrollar, por ejemplo, del asustadizo problema del Alzheimer que convierte a las personas en una especie de vegetal.  Según se asegura, esta temida enfermedad no es únicamente cuestión de genes, sino también del estilo de vida.
Hijos, por lo que tengo averiguado, para todos sin excepción, la mejor manera de conservar el corazón joven y la mente sana es actuar en positivo, mostrarse siempre alegre, optimista y de buen talante, y para los que estamos ya al final del hilo aún hay más, volverse niños y actuar como ellos, que nunca se cansan de jugar y divertirse.


Besos y abrazos