Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

domingo, 28 de octubre de 2012

ADORADA MARÍA DEL ROCÍO



Querido yayo Félix: Continuando con esta serie de personales cartas dedicadas a hijos, nietos y amigos varios; y que “modestamente” comencé por la primera que me remitiste; para seguir un poco con la cronología en fechas, hoy toca la dedicada a tu nieta  María justo al cumplir seis meses de edad.

Pido desde aquí a Pili que me envíe la que escribiste a Rebeca cuando apenas era un bebe. Carta que leí hace muchos años y con ella me robaste el corazón para siempre.

En cuanto tenga esa carta la publicaré, y mientras llega iré buscando alguna para continuar la serie “familiar”, aunque bien pensado, creo que te va tocando mover ficha, porque estas cartas dedicadas a tu familia van teniendo cierto tufillo alcanforado y ahora que les tienes a todos “al retortero”, me parece buena idea que renueves sentimientos y escribas, aunque sólo sea una carta al día y cada día dedicada a uno de nosotros.
Como ves, vuelvo  “modestamente” a incluirme porque no sabes hasta que punto anima y reanima recibir una de tus cartas.

Te envío tantos besos como cada día, hoy aderezados con nata de achuchones, miel de arrumacos, jalea de apapachos y crema de te quiero.

Marisa Pérez muñoz


ADORADA MARÍA DEL ROCÍO

 Valladolid, 5 de Mayo de l995


Adorada María del Rocío: Hoy tocan techo tu saludable y alegre medio añito de vida y me apresuro a escribirte para que sea mi carta la primera que recibas para ponerte al corriente de algunas cosas admirable que quizá te interese saber, tal como que lo tuyo para tus padres ha sido algo bastante estupendo, o mejor, estupendo del todo, algo así como levantar los brazos, meter las manos en el cielo y traer un angelito.
Una angelita hermosamente morenita clara en cuya linda cara destacan un par de ojitos de un negro aterciopelado que al reír se le ve chisporretear en el blanco resplandeciente del fondo. Vivarachos ojos que inteligentes y  curiosos de ver cosas nuevas miran y remiran tolo lo que te rodea sin perder detalle.

María, eres una maravillosa realidad que ha cambiado radicalmente la vida de tus padres, quienes, salvo algún detallito, como el hecho de que a veces, les ocurre a todos los niños, eres un poco tirana, pues en cuanto se te vacía un poco el buche no veas las maneras tuyas de berrear inmisericordemente  exigiendo con urgencia perentoria tus sagrados alimentos, digamos que han de avenirse a vivir sujetos a tus necesidades y caprichos, actuando con máxima celeridad. Salvo eso, que no es mucho, son  enteramente felices, y lo son porque les sobran motivos para serlo. Está claro que la razón eres tú, criatura de aurora boreal, fuente inagotable de emociones y de alegrías.

María, precioso chupitel, te lo montas de miedo, sabes perfectamente como enroscarte bien enroscadita en los corazones de toda la familia. Lo tuyo ha sido tal flechazo que ríete tú de los peces de colores. Te cuento cuándo y porqué nos dejas a todos fascinados:  cuando sonríes angelicalmente y esa sonrisa es transmisora del tesoro de tu alegría; cuando tus mágicas pupilas nos miran y nos ven a todos mirándote como quien ve una flor preciosa, y admirándote con los ojos brillantes de emoción: cuando gorguiteas con tu voz de querubín, muy semejante al chillar feliz de las golondrinas que juegan locas de alegría alrededor de la torre de la iglesia de Cornón: cuando ríes en sueños y nos pones a suponer que la razón es que una bandada de ángeles, querubines y serafines aletean en tu entorno… Por todas estas cosas portentosas y otras  muchas más es por lo que has aterrizado directamente en el centro mismo de nuestros corazones.

         Señorita María, que tu buena estrella sea un sol esplendoroso que ilumine el camino de tu vida, para que siempre seas feliz, feliz, feliz.


                   Besos y abrazos de tu abuelo Félix