Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 16 de abril de 2014

CON FRANQUEZA Y CONFIANZA



CON FRANQUEZA Y CONFIANZA
Melilla 16 de Abril de 2001
La mi muy querida y hambreada hija:

A ti que tanto te gusta largar por esa boquita da la clara sensación de que no es tu tema favorito el charloteo sobre el enflaquecimiento, lo rehuyes, no obstante tengo la leve sospecha de que sometida a tan estricto régimen alimenticio adelgazarás a ojos vista, y cada kilito arrojado a la cuneta te producirá  sensación de satisfacción y risitas de alegría.
La verdad,  toda y sólo la verdad, es que todos estamos especialísimamente pendientes de ti y de todo lo tuyo. Oye, Pilara, verás, estoy pensando que sería estupendo nos contagiases, logrando despertar nuestras voluntades adormiladas, y convertida en el espejo donde nos miremos, en el modelo o ejemplo a seguir, nos arrastrases tras de ti, llevándonos a anhelar pasar la garlopa por nuestros cuerpos tan excedidos de grasilla. Sería un portentoso prodigio que en el capicúa 2002, después de Cristo, tú hubieras eliminado  carnes y grasas y nosotros de grasa y carne que tanto molesta y nos afea. Amén, ameén, ameeén.

Voy a hablar con franqueza y confianza, no soy, por naturaleza, un hombre besuqueón, sin embargo, por tratarse de  ti, y para patentizar que gozo de  un agudizado sentimiento paternal y un corazón que rebosa bondad, voy a enviarte dos sonoros besos, una para cada moflete. Espero te muestres agradecida y satisfecha, porque esto no es una cosa que haga yo todos los días.

Atentamente:
Tu apá