Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 5 de marzo de 2014

MERIENDA POR TODO LO ALTO


MERIENDA POR TODO LO ALTO                                
Valladolid, 30 de Agosto de 2006

Queridos amigos: Escribiros es mi manera de manifestar mi agradecimiento por ser como sois y haber compartido conmigo mesa y mantel. Es decir, por proporcionarme  uno de esos ratos tan agradable que hace vivible la vida.
     Se dice, y se dice bien, que practicar el arte del buen yantar es convertir el acto de comer en un placer para los sentidos y para la inteligencia. Placer de dioses que sólo los simples y los enfermos no disfrutan, ni comprenden      ni admiten que disfrutar de exquisiteces culinarios con amigos eminentemente buenos es la mejor  manera que han encontrado los hombres para reunirse y confraternizar.
     Bueno, pues eso, que en la mesa hay que saber disfrutar y dar por sentado que comer no es sólo obtener energía y los nutrientes necesarios para mantener la salud y el bienestar, es también experimentar las sensaciones agradables que proporcionan los alimentos y el placer de reconocer olores y sabores, deleitando al olfato y al paladar. Como queda dicho, una deleitosa comida nos aprovecha física y mentalmente.
La cocina es fácil y divertida, sólo es cuestión de darle lo que pide: tiempo, cariño y un poco de imaginación, y como esos ingredientes en absoluto faltaron en nuestra merienda campestre, con qué  ¡cosaaas mááás riiicas¡ dimos alegría al cuerpo, y como regados con buen vino (la leche de los viejos) se levanta el ánimo, se dispara la conversación y se dispone para el buen humor la cosa resultó una fiesta amigablemente alegre y a plena satisfacción. Hasta el clima cooperó con una tarde espléndida, Mejor imposible. Por supuesto y sobre todas las cosas, lo mejor de lo mejor fue la muy amena compañía de las damas por sus encantos indiscutibles. Dos reales mujeres castellanas. Dos castellanas de pura cepa, el superlativo de la palabra mujer. Bien sabido es que la mujer castellana es un genio de lo femenino. Señoras que actuando como mujeres de su casa son fuente de energía y dinamismo, resultando en hogar mariscales de campo empuñando el bastón de mando. Esto, claro está, sin cesar en su permanente hacer cosas. Si pasamos revista a sus quehaceres domésticos cotidianos ¿Cuánto no  es la activad  que desarrollan desde que se tiran de la cama hasta que regresan a ella? En fin, por eso son tipo de mujeres ejemplares.
     Estimados amigos, tengamos siempre muy presente que el verdadera éxito en la vida es ser felices y hacer dichosos a quienes nos rodean. 
Abrazos