Historias de toda una vida

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viernes, 28 de noviembre de 2014

SENTENCIAS CONMOVEDORAS



SENTENCIAS CONMOVEDORAS
Valladolid 28 de Noviembre de 2001

Queridos hijos: Muy en el fondo de nosotros mismos todos somos iguales, es por ello que nos emocionamos, por ejemplo, con la música de un ruso, el poema chino, la hazaña de un indio... porque debajo de nuestra envoltura late el mismo corazón, vibra igual el alma, nos acongojan semejantes penas, nos hieren idénticas aflicciones. Pero en la superficie, los seres humanos somos diferentes, de una diversidad infinita y maravillosa, cada uno único, diferente a los demás e irrepetible, y cada cual organiza su vida de modo diferente.
Hay gente increíble. Por poner un ejemplo de plena actualidad, ahora que hay tantos administradores de justicia injustos y arbitrarios, brilla con luz propia y nos devuelve la confianza en el sistema judicial, el juez de menores que dicta sentencias conmovedoras: el caso del muchacho analfabeto de 15 años que se detuvo robando en un almacén y le condenó a aprender a leer y escribir, aquel otro caso de robo, condenado a sacarse el graduado escolar en tres años. Son historias que parecen de cine, emotivas y ejemplares, con final regularmente feliz.
Pero, por desgracia, no todos los jueces sentencian tan  justicieramente, la filosofía imperante en el sistema penitenciario es: ¿la hiciste? Castigo y punto.
Este buen juez cuida mucho a los chicos, los ve, los vigila, no les cierra nunca las puertas. Padres contentos y agradecidos con las sentencias le llaman el padrazo. Es el caso de los progenitores satisfechos del hijo que conducía vehículos con problemas de alcohol y le envío a cuidar tetrapléjicos,  el chico se ha hecho voluntario de la Cruz Roja; el que robó un ordenador y hoy estudia ventajosamente informática. Otro ratero más, condenado a pena de leer y resumir las rimas y leyendas de Bécquer, con la obligación de personarse en el juzgado y resumir de viva voz como prueba de que ha cumplido su pena.
A los que cometen delitos de vida nocturna, las típicas juergas de botellón les envía a limpiar lo que enguarran, plazas y calles, playas, paisajes...
Cuente esta historia como quien cuenta cuentos, y esta orgulloso de ellas, con razón.
Hijos, opino que gente así deberá vivir eternamente, porque gracias a ellos se mueve el mundo.
Besos y abrazos