Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 17 de septiembre de 2015

QUERIDA CUATA… CORTO PERO INTENSO



  03-07-2015    

Querida Cuata: Corto pero intenso podría definirse tu tiempo de estancia en esta casa. Hemos aprovechado cada minuto de ese tiempo en el que hicimos de todo  excepto aburrirnos… o llorar si no era de risa.
No faltó el guacamole, el fresco gazpacho, choricito del pueblo y “pelusas”, tan sólo nos sobró calor de esta intensa ola que atravesamos y que parece no tener fin.

Sin que mediara aparato tecnológico alguno, recordamos frente a frente añoranzas, confidencias. Rescatamos la vieja vajilla de nuestros respectivos ajuares; desempolvamos los juegos de “Escoba”, “Trivial”, “Hundir la flota” o el tan querido “Revoleto”, que tantas horas sobrantes llenaron antañonas mañanas y tardes con los siete niños que entre las dos juntamos; a buen recaudo en la escuela… o bien cerquita de nuestras faldas enfrascados en sus juegos para poder ahora compartir sus mejores recuerdos de infancia.

Las casas limpias, comidas y compra a punto ¿Recuerdas? Nos daba tiempo para todo y muchos días nos sobraba para echar una partidita.
 ¡¡Qué tiempos!! Sin achaques, sin más problema que llegar a fin de mes, atender perfectamente casa y marido y encargarnos de la educación y crianza de los siete diablillos más maravillosos que la vida nos regaló. Esa vida que nos devuelve con creces el amor de los nuestros y la dicha de ser abuelas gracias a Cristina y Cecilia (de momento).
Somos afortunadas cuata; achacosas, pero afortunadas de no importarnos tanto los malditos dolores como seguir al pie del cañón por  y para ellos. Afortunadas de tenernos y ser desde hace más de treinta años amigas en letras de oro. Cuatas del más preciado valor inmaterial.
¿Qué puede ocurrir en mi vida que tú no sepas? ¿Qué  podría suceder en la tuya sin ser yo la primera en recibir de tu mano la noticia? Incluso estamos de acuerdo en que nuestros nietos son a la par los más bonitos del mundo.

¡Tantos años! Toda una vida discutiendo sin reñir jamás. Cualquier tema es bueno; ninguno se nos resiste pero… desde que cambiaste el nido, tan lejos del mío, y por nuestra “pereza”; por no encontrar nunca el momento idóneo para quedar a tomar algo fuera del refugio que son nuestras casas, siempre platicamos vía telefónica o deslizando los artríticos dedos tecleando whatsapp. Nunca pudo ser tan frente a frente como estos pocos días que pudiste tomar de desconexión y viniste “al pueblo” a descansar, y a fe que lo logramos ambas, disfrutando como aquellas veinteañeras que fuimos.
Hemos exprimido al máximo las horas de esos pocos días y ahora has quedado en volver, pero eso… eso ya no lo veo yo tan claro.