Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

viernes, 26 de octubre de 2012

EXCURSIÓN A SANTANDER



Otra de tus excursiones placenteras. Sigo buceando entre tus cartas para encontrar las que te hagan recordar y recordarnos buenos momentos.
Otros miles de besos y abrazos tan fuertes como los que te daré en cuantis que te vea.

Marisa Pérez Muñoz

Excursión a Santander
                                  
Valladolid-30-8-2001

         Queridos hijos: Ayer pasé el día en Santander, ciudad encantadora, llena de poderoso atractivo. La excursión resultó tan a pedir de boca que gozando de clima benigno, buena compañía y pateando las zonas más alegres y concurridas me he sentido como lleno de euforia.

         Las payas gozan de merecida fama por su particular  belleza y distinguido y animado ambiente. Los jardines que las adornan ofrecen encantadores rincones y balconadas que brindan espectaculares vistas y deslumbrantes paisajes donde quiera que mires. Llama la atención el hecho de que la totalidad de los árboles de estos jardines sean ornamentales tamarindos, ejemplares no muy altos, troncos retorcidos, pequeñas flores de color rosa pálido, con aspecto de penachos de pelos y plumas.

         Al hacer la entrada en la célebre playa del Sardinero el horizonte resultaba un tanto tenebroso, con un mar brumoso, pero cada vez la situación se fue poniendo más maravillosa, el cielo se hizo transparente y azul, no el azul uniforme de Castilla, ni vacío, siempre con rebaños de nubes blancas y espesas que corren unas tras otras.

Bordeando el mar, en lugares exclusivos y de máxima distinción se ubica el más señorial barrio residencial con chalets principescos que gozan de espectacular panorama. En su contemplación se siente como una clara sensación de que quienes habitan en lugar tan especial o mundo de fantasía, se les borrará la realidad de sus problemas y tristezas.  Allí nada resultará depresivo, todo será estupendo, vivirán muellemente, teniendo ante los ojos tan incomparable belleza; leyendo poesía y discutiendo con ingenio cosas divinas y humanas.
Sin embargo, algo misterioso encierra, porque por aquellos floridos jardines y privilegiadas terrazas nadie pasea ni asoma a gozar de las maravillosas vistas.

Hijos, os deseo alegría y buenos pensamientos, así como me los deseo a mí.

Paternales besos y abrazos,