Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 24 de marzo de 2011

ÁNGEL DE LA GUARDA

Bien dices que todos necesitamos un Ángel al transitar por cualquiera de nuestras calles, porque sí, hay conductores con demasiada prisa y poca solidaridad, pero estadísticamente, quienes como peatones tienen menos precaución son las personas de mayor edad.
Imagino que no son conscientes de sus limitaciones y continúan creyéndose tan fuertes como en su mocedad o que por peinar canas, piensan que los conductores van  a respetárselas.
Unos cuantos besos para todos.

Marisa Pérez

ÁNGEL DE LA GUARDA  miércoles 23/03/2011 10:33

Querida Rebeca y demás seres queridos:

Cruzar el paseo de Zorrilla para las personas mayores de lento caminar no resulta fácil, hay que tener mucho cuidado, porque los semáforos nos ofrecen escasa seguridad al estar regulados para dar preferencia a los vehículos y peatones jóvenes y ágiles, los abuelotes por mucho que aceleremos siempre se nos agota la pausa verde y quedamos atrapados en mitad de la calle,  en razón de ello somos nosotros quienes debemos  extremar las precauciones y ceder el paso, porque al menor descuido te atropellan. La verdad, no son muchos pero haberlos, hailos que sin importarlos el color del semáforo, aceleran y salen disparados.

Esta mañana ha tenido lugar el caso, una señora muy mayor, atrapada en mitad del camino intentó terminar de cruzar el paso de cebra, dió el primer paso; yo, próximo a ella, agarrándola del brazo la detengo al tiempo que un irresponsable con mucha prisa, toca el claxon y con el semáforo aún en rojo avanzó con peligro de atropellarla.

Juntos llegamos a la otra orilla donde no sólo me dio las gracias, sino que comentó que no solamente los niños tienen ángel de la guarda, también ella, yo había ejercido como tal.
Me hicieron gracia las palabras de despedida de la simpática señora, pero me quedé pensando que -no en mi caso que no fue para tanto- pero que sería bonito, sería  estupendo que todos fuéramos ángeles custodios para los demás, porque todo ser humano en algún momento necesita ayuda. ¿Qué pasaría si asimilásemos esa responsabilidad y decididamente nos prestásemos mutua ayuda en cuantas ocasiones la necesitásemos?

Pues eso, que sería fabuloso.

                   Abrazos y besos.

                            Félix