Querido yayo Félix, tras un montón de días sin publicar nada en este
que sigue siendo tu Blog, quiero pedirte un leve favor que no te será difícil de
complacer: Quiero desde aquí felicitar por su cumpleañotes -con unos días de
retraso- a tu querido hermano (y por tanto mi tío) Paulino; con esta carta que
le dirigiste en febrero de 2007.
Siento tío Paulino no haber sabido a tiempo que era tu fiesta onomástica,
pero como todos los santos tienen novenario y como nunca es tarde si la dicha
es buena, aunque hoy te escribí una carta personal en respuesta a la tuya, aquí
me tienes felicitándote con esta carta que seguramente guardas manuscrita y que
hoy ve la luz, adornada con la fotografía
que te hicieron cuando conversabas conmigo días antes de conocernos personalmente.
Un abrazo a mis Alonso Lobato favoritos feliz día y dulces sueños.
Marisa Pérez Muñoz
Valladolid, de Febrero de 2007
Querido
hermano “Paulino el de Guardo”: Más alto y más claro no se puede decir: siento
vergüenza ajena y sonrojo al comprobar con estupor y perplejidad que no faltan
quienes cometen la inexplicable injusticia y deslealtad de negar descaradamente
a su terruño natal. Tú, no lo olvides nunca, naciste en Cornón, aunque
crecieras en Guardo.
A
mí, muy al contrario, me emociona dulcemente saberme hijo del muy noble y leal
Cornón de la Peña,
pueblo tan pequeño que cabe en el corazón, pero en el que Dios se superó el día
que derramó con la cuchara grande estrellas sobre su cielo. Osease, que luzco
ufano, como los pavos reales su cola, mi honroso título de cornito,
modestamente lo digo, lo máximo que se puede ser. Por otro lado nada más fácil
de comprobar que llevo en la masa de la sangre mi cornitez.
Encuentro
estupendo que te parezca lo más hermoso del mundo que me alegre haber cumplido
mis espléndidas primaveras. Pues eso, verdaderamente no puede ser de otro modo,
hermano Pollino Cornito, creyendo como creo que para los cuatro días mal
contados que nos quedan por vivir no merece la pena renunciar a la alegría. A
propósito de los cuatro días, pese a los tantísimos abriles que cargo a la
espalda, si echo la vista atrás siento que la vida no ha sido otra cosa que un
breve vuelo.
Querido
hermano del medio, te abraza tu hermano primero que bien puede colocarse el
último de la última fila si sopesamos mis escasos méritos con las muchas
virtudes que adornan a mis dos hermanos
menores, personas de lo mejorcito que ha dado la raza humana.
Adiós de corazón y hasta pronto.