MOTIVO DE ORGULLO
Valladolid, 8 de Mayo de 2007
Pues eso, José Luis, que me resulta motivo de
orgullo contarte entre mis más selectos amigos, porque tengo por cierto que la amistad es un elixir que nos enriquece la vida. Bien, como tal me
comunico electrónicamente contigo, digamos que para, de alguna manera, romper
la monotonía diaria de llegar al “centro de Juventudes” y repetir sin sorpresa
lo de hoy igual que lo de ayer, las
mismas cosas, en el mismo lugar, con las
mismas personas e idénticas palabras. ¿Te parece bien, mal o regular que hoy ya
nos hayamos saludado?
Me preguntas si asisto a la iglesia y te
aclaro que a veces, pero que soy de los
que dicen alto y “clero”, en oposición a
fanfarrones y descreídos, que no es culpa mía que Dios exista. Porque existir
existe, sea quien sea y está donde esté.
Vamos a ver, José Luis, ¿deseas ser un hombre
de conducta impecable? Lo tienes fácil, sígueme, merece la pena, dado que mi
proceder raya la
perfección. Por consiguiente evita cuidadosamente la
influencia de tanta gente que por ahí pulula muy picardeada. Por poner un
ejemplo al azar: Moi. Sería un error seguir sus pasos, piénsalo.
Muchacho, ¿cuándo piensas pagarme los 1000
euros que te gané al mus? Penúltimo aviso antes de enviarte al tío del frac.
Para patentizar que soy amigo de corazón, te
voy a desear que tu vida sea un manantial de alegrías.
Abrazos,
Félix