Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 28 de enero de 2014

FILOSOFÍA Y HUMOR

Querido yayo Félix: Una vez más me doy cuenta que te fuiste tranquilo. Que encontraste al llegar lo que buscabas...es  como si ayer mismo hubiera sido escrita tu carta de hoy, porque doce años son ayer mismo.
Dulces sueños y abrazos a mi querido padre al que añoro cada día de mi vida.
Marisa Pérez




FILOSOFÍA Y HUMOR  28-01-2002  (fecha aproximada)

            Queridos hijos: Os aconsejo y me aconsejo tomar la vida con filosofía y humor, no querer comérsela a puñados; no tener prisa, ninguna prisa, pero como el tiempo no pasa, pasamos nosotros, estoy ya en el otoño de la vida, en la nueva niñez, o sea, dicho alto y claro, aproximándome a buen ritmo a la hora de recibir la orden formal de Dios de acudir a su lado.

             Vamos a ver, la verdad es que no se puede hablar superficialmente de las cosas eternas, porque son eternas precisamente porque tienen mucha profundidad debajo de la superficie.

             Mi madre era una persona de firmes y profundas convicciones, católica sin trampa ni cartón. No tuvo un instante de duda en la existencia de un ser superior creador del universo, bien se puede decir que pasó toda su vida terrenal preparándose para el más allá.

            Yo soy católico situado en la frontera entre la razón y la Fe, lugar peligroso, quiero decir abierto a otras razones y a otros argumentos, pero, la verdad, resultándome ya menos peligroso escuchar y ser convencido. Pasó la época, digamos, de estar gravemente confuso.

             Me gusta recitar a modo de oración un poema que por boca del poeta reflejó perfectamente el modo de entender la cosa.



Si hay otra vida es vida
Pero es otra,
Y si es otra, el mortal ni la imagina,
Una vida sin sexo y sin cocina
Tiene que ser sencillamente otra…

Si hay otra vida es otra,
Pero es vida
Y si la vida es noticia y es sorpresa
Sin que la muerte acabe la partida
Vida que canta, vuela, abraza y besa
Es la vida de Dios; la otra vida
Y si es de Dios nos basta su promesa.



Me gustaría ir a ser promesa de Dios con discreción y sencillez, habiendo transmitido algo de felicidad, cordialidad, empatía, ganas de vivir y de mejorar.

Besos y abrazos
Félix