Historias de toda una vida

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miércoles, 22 de enero de 2014

NO DEJAR PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY



NO DEJAR PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY

Valladolid, 3 de Noviembre de 2004

Queridos hijos: No deja de ser lógico que con mi carga de años a la espalda y en estos días de recordación de los difuntos la idea de la muerte me acompañe, pero la encaro sin miedo, como a una compañera de viaje que está a mi lado diciéndome algo  así como, “Voy a alcanzarte y tú no sabes cuándo”, lo que me lleva a pensar en no dejar de vivir de la forma más interesante e intensa posible, esto es, no dejar para mañana lo que puedas vivir hoy, lo que incluye alegrías, risas y hasta pedir perdón a quien haya ofendido.
 Dicho todo de una vez, vivir cada momento como si fuera el último.
Estoy pensando que hoy es un buen día para preguntarme, si me muriese mañana, ¿cómo sería mi funeral? Me lo pregunto porque según mis deseos seré incinerado y si respetáis mi voluntad no habrá entierro. De lo que tendréis que cuidaros es de elegir el lugar donde depositar mis cenizas que sea donde fuere, me parecerá bien. Pero bien, como no habrá entierro, tampoco habrá lápida con epitafio, esas famosas frases que se ponen sobre las sepulturas.
Quiero decir que como supongo que a mis cenizas se las llevará el  viento me sobra la piedra de mármol clásica con la correspondiente inscripción, pero soy sincero, están bien los epitafios, los recopilo, y de haber tenido que elegir, no hubiera sido algo así, “Murió mientras vivía”. ¿Parece una contradicción? No lo es, me explico: Para soslayar en alguna medida el problema procuro pensar en cosas, pero  son legión los que aunque siguen caminando, comiendo, respirando, ni sufren ni padecen, porque ya hace tiempo que dejaron de vivir, es decir, viven al buen tuntún, vegetan, todo lo hacen mecánicamente, auténticamente, sin enterarse que están vivos, sin comprender la alegría que cada día trae consigo la vida, sin entender que el siguiente momento puede ser el último sobre la faz de la tierra.

        Entiendo perfectamente que a vosotros en la flor de la vida el tema os dé de lado, pero ¡ojo!  Que no está demás reflexionar de vez en cuando sobre cosas importantes, y la muerte es tal vez la más importante, porque todos, hasta los jóvenes, desde que nacemos caminamos hacia ella, aunque se intente ignorarlo y creemos que no mencionándola se evitará su llegada, pero a esta funesta señora, una vez que llegamos al mundo no hay modo ni manera de darle esquinazo.

        Hijos, en fin, pues eso, que a vivir en plenitud que son tres días.

                                                                                       Besos y abrazos