Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

domingo, 15 de abril de 2012

BURRA SEÑORITINGA

Lo de meterse la gente donde no les llama, ni es exclusivo de Cornón, ni de “tiempos aquellos”.
Si todos tuvieran claridad suficiente para ver la estupidez que cometen opinando de lo que ni les importa ni les atañe, todos podríamos vivir más agustito.
Olé tu tío Grabiel, su burra y sus reales “Cornitos”.
Abrazos:

Marisa Pérez Muñoz

BURRA SEÑORITINGA
                                                  
Valladolid 27 de Julio de 2001
          
Queridos hijos:
Ser cornito no es poca cosa, pero tampoco para  hincharse como las ranas, porque si bien Cornón es mucho Cornón, y no hay más que uno, ya casi ni existe, aunque en su época de oro, cuando estaba lleno hasta el borde de moradores, apretujados como sardinas en lata, era un manadero de anécdotas.
He aquí una contada con el mismo lenguaje de aquel entonces. Se trata del bulle bulle que se organizó en el pueblo entre los cornitos y el tío Grabiel con motivo de la su burra preñá. Algunos, más bien algunas, le ponían a bajar de un burro, nunca mejor dicho: "probe burrita, pà parir ya y el mu desahogao subido arriba dèlla, no tene concencia".
        Otro muy diferente era el parecer del opuesto grupo de murmuradores: "si será burro, bien viejo  qu`está  y cojitranco  y  la su burra de señoritinga y él andando a pata".
        Aborrecido el tío Grabiel de tantos dimes  y diretes, bien enojadote bufó: "Estomagao estoy y encalentada la mi cabeza de oír consejos de cagarraches que ni ensiquiera saben en onde tienen el culo. ¿Sabéis el qué? Que me dejéis descurrir por mí mesmo, que sobrao sabré lo que quero, pos iré abajao o asubido arriba de la mi asna, hesta que se me infles los mesmisemos".
        Besos y abrazos de vuestro padre, un cornitoide cortado por el mismo rasero que el tío Grabiel.