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lunes, 19 de mayo de 2014

ERASE UNA VEZ... EN EL PAÍS DE LAS LETRAS



ERASE UNA VEZ... EN EL PAÍS DE LAS LETRAS

Melilla 19  de  Mayo de 2001
La mi hija muy querida: He asistido toda una mañana a la clase de Rocío y demás está decir que he quedado fascinado. En la prehistoria han quedado los bárbaros métodos  de “las letras con sangre entran”, “quien bien te quiere te hará llorar” y “la vara de avellano”.
En la actualidad las horas de clase son gozosas y divertidas donde los niños aprenden fácil, natural y alegremente. Sentados los jovencísimos  alumnos en la alfombra al estilo indio rodean a Rocío que les cuenta una fabulosa aventura con la que les mantiene cautiva la atención  del País de las Letras: El buen rey “U” vivía feliz con su familia, la reina “A”, el príncipe “E”... existían gigantes, magos, duendes, hadas; los personajes son fabulosas letras que hablan y juegan: la señorita “Z”, la señora “M”, las gemelas “N” y “Ñ”, el peluquero “P”... Ay, pobre señor peluquero “P”, que mal lo está pasando, ¿le ayudamos? La representación personificada de las letras, acompañadas de su correspondiente canción  ilusiona a los niños que piden más y escuchan todo ojos y oídos.
Tiene Rocío auténtica vocación para desempeñar la labor que lleva a cabo, trabajo duro pero gratificante y placentero, un pasatiempo altamente positivo; lo más, la cumbre  de lo que puede hacer un ser humano: desarrollar y aprovechar al máximo y desde el primer momento las capacidades de los niños, atención, observación, memoria... Somos, sin lugar a duda, producto de nuestra niñez.
Lo afirmo, Rocío es una profesora mejor imposible; exigente, pero cariñosa y alegre, sabe crear en su clase un ambiente de lo más adecuado para los niños: cálido, acogedor y seguro; Profesora y alumnos se llegan directamente al corazón, y en razón de ello a los críos se le ve felices y entusiasmados por aprender cosas nuevas. Lógicamente, con tan numerosa chiquillería y durante tanto tiempo, de continuo y simultáneamente ocurren muchas cosillas diferentes, emociones distintas, pero eso, dicho al modo mexicano, “es lo que le  da sabor al mole”.
Hay diversidad de personalidades, cada criatura en un mundo, así como diferente su ritmo de aprendizaje; que respeta por un lado, por el otro sabe premiar el esfuerzo.
Entiendo que por ser una labor arrebatadora sea una adicta al trabajo, porque no sé de donde saca tanta fuerza y tanto entusiasmo.

Entusiasmados besos y abrazos de tu apá