Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 17 de noviembre de 2014

CUESTIÓN DE PEREZA



CUESTIÓN DE PEREZA
Valladolid 12 de Mayo de 2007

Queridísima prima Esther y todos los demás: Estás quejosa de mí y con sobrada razón. No entiendo cómo he podido ser tan antipático y poco familiar no escribiendo en tantos años. Te aseguro que en absoluto ha sido por falta de afecto, porque os quiero muchísimo, ha sido únicamente cuestión de pereza, pereza imperdonable, pero prometo enmendarme, ser más diligente arrojando al cubo de la basura mi holgazanería. Prometo más: indicaré a mis hijos que se pongan en contacto con vosotros a través de Internet.
Pese a la falta de correspondencia, bien por Evangelina, bien por José Félix, que ahora está con nosotros en Valladolid, o por Paulino que en breve nos visitará después de disfrutar de vuestra compañía, tengo amplias noticias vuestras, sé con pelos y señales de vuestra vida. Me interesáis muchísimo.
Con frecuencia recuerdo la famosa anécdota de la documentación en la cloaca, ocurrida, como bien recuerdas, hace 54 años, toda una vida. Celebro que hayan quedado atrás los tiempos de penuria y hoy dispongas de tres baños en casa. Tú, Esther, con tus floridas 80 primaveras tienes que respetarme porque soy más vejete, los míos son 85 otoños los que cargo a la espalda, pero aún puedo con ellos, cierto que con no pocos rechinidos de las articulaciones.
Nosotros, en términos generales, estamos bien, disfrutando de buena salud y sin problemas mayores, procurando vivir el día a día con alegría y buen humor, porque bien sabido es que el humor y las risas son la mejor vacuna contra las dificultades. Más digo: reír es vivir.
Querida prima Esther y queridos todos, recibid mil besos y abrazos cargados de cariño.

Félix