Según los que lo saben la esperanza de vida de las
mujeres es mayor que la de los hombres y su corazón más resistente y menos
enfermizo, pero en el caso de matrimonios mal avenidos, la de los varones aguantan mucho mejor que el de las damas, con
lo que queda claro que por propio beneficio y bienestar la mujer debe luchar
por vivir relaciones satisfactorias, de preocupar la paz matrimonial, evitando
por todos los medios andar todo el rato buscando tres pies al gato, porque las
relaciones afectivas son fuente inagotable de problemas que amplían los
factores de riesgo cardiovasculares: hipertensión, diabetes, los niveles de
azúcar y del colesterol, depresiones, ansiedad, nerviosismo, estado de ánimo
por los suelos.
O sea, de nuevo en consecuencia, la mujer que no luche por ser dichosa en su matrimonio, que
no busca soluciones, su corazón es triste y enfermo.
La mujer ideal es la que es feliz haciendo felices a los
demás, las que viven para hacer de su hogar un rinconcito del paraíso.
Vamos a ver, si lo más valioso que tenemos es la vida,
¿Merece la pena vivir en perpetuo cabreo, en continuo malestar emocional
haciendo méritos para el final morir prematuramente, de golpe, de un ataque al
corazón?
Hijos, que el cielo os libre da tal contingencia.
Beso y abrazos, salud y
alegría.
Félix