Historias de toda una vida

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miércoles, 14 de mayo de 2014

UN SEGUNDO TALENTO EN LA TRIPA



UN SEGUNDO TALENTO EN LA TRIPA
Melilla 14 de Mayo 2001

Querida Pilara: Como padezco el vicio de la curiosidad estoy en la biblioteca a la Caza de alguna curiosidad y he leído algo tan inaudito que parece una sandez tremenda, pero que parece que no, que es correcto y real: ¡tenemos un segundo cerebro en la tripa!
Lo que no se les ocurra a los sabios no se le ocurre ni al diablo, y este último descubrimiento me ha dejado estupefacto y alucinado.
O sea, que las tripas no sólo sirven para ocuparse de la digestión con muchos movimientos peristálticos, sino que también, entre otras cosas, producen sustancias que gobiernan nuestros estados de ánimo.
Si ya lo dice el refrán: “de la panza sale la danza”. Jamás lo hubiera imaginado, aunque si las cosas son así, así hay que decirlas, soy cornito y en Cornón hacemos relojes de madera, y en razón de ello ya había yo barruntado algo así como que  la bolsa intestinal no servia únicamente para acumular kk, y, no científicamente, por supuesto, pero si de un modo empírico, tenía tras de la oreja este detalle: cuando uno se encierra en el retrete sometido a íntimas apreturas, se siente lúcido, sensible y memoriudo y se le ocurren cosas muy potables.

Ahora me explico cosas, cuando, por ejemplo, se siente  ese cierto cosquilleo en la barriga como si hubiera pasado un bando de mariposas y revolotearan por él, es que puedo decir con orgullo que las  neuronas que recubren el tubo digestivo, listas como el hambre, están trabajando a tope.

Y, con perdón, los pedos, esos exabruptos mal perfumados, ¿serán pensamientos o sentimientos fallidos?

Tu apá, un venerable tripón, te besa y abraza,