Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 8 de diciembre de 2014

ES ESTUPENDO ESTAR VIVO






Hoy, que se cumplen dos años de tu partida, desde la estrella más luminosa, junto a mi padre y todos los que amaste, brillas cada noche.

Dulces sueños Yayo Félix



ES ESTUPENDO ESTAR VIVO
Valladolid 9 de Diciembre de 2001

Queridos hijos:  La verdad monda y lironda es que estar a punto de convertirse en octogenario impone algo, porque haces cuentas de lo que te queda y ves que es poco, además de que a estas edades el tiempo corre que se las pela. O sea, que todo pasa como un soplo, porque cuanto mayor eres, parece que más se acelera el tiempo. Pero bueno, yo, más o menos, soy conformista y me digo a mí mismo que la vida es así y sanseacabó y sanseterminó,  no es cuestión de ir por ahí gemiqueando con un nudo en la garganta, que es justamente lo que le ocurre a un amigo, que además es tocayo y quinto, es un aprensivo de aupa, tan temeroso que en todo ve peligro para su salud. Y aún llega más lejos, para él hubiera sido la felicidad no haber nacido para no tener que pasar por el trance de morir.

En cuanto al tema de la fe, como en otras muchas cosas, quisiera ser como era mi madre que creía en Dios sin el más leve resquicio de duda, como se cree en la belleza de las flores o de una noche estrellada, y, ciertamente, da mucha tranquilidad saber que Dios y el Cielo están allá arriba esperándonos.

Entre los jóvenes, incluyendo por ejemplo a una de vosotras, tienen motivos personales, rotundos a lo que parece, para ser ateos furiosos y sólo creen en un mundo sin Dios, sin paraíso, sin más allá, no hay más mundo que este, pero esto a medida que se va envejeciendo resulta muy duro de tragar, por lo             que merece la pena convertirse en creyentes, no compensa vivir de espaldas a Dios,  cayendo en  la cuenta de que creer en  Él ayuda a vivir y a morir.

Hijos, tened en cuenta que si os acercáis a Dios, Dios se acerca a vosotros.

Besos y abrazos