Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

domingo, 8 de mayo de 2011

QUERIDÍSIMA MARISA

Esta es la última foto que le tomé a mi padre en diciembre pasado, cuando aún no estaba tan deteriorado como llegó a estar.
No sé cómo agradecerte todo el cariño que has puesto en esta carta. Bien sabes lo importante que eres para mí y por supuesto para mi familia.
Me alegró muchísimo poder darte ese abrazote en momentos tan amargos para mí. Tu presencia fue tan grata como poder hablarte de mi padre. Era un buen hombre que –como te dije- estoy segura  va a alegrar a tu madre con su presencia ahí donde los dos nos esperan.

Gracias por existir querido yayo.

Marisa Pérez Muñoz

QUERIDÍSIMA MARISA  viernes 06/05/2011 10:43

Valladolid, 6 de mayo de 2011




Queridísima Marisa y todos tus seres queridos:


            La vida en plenitud del autor de tus días, sufriendo ese agujero negro en el cerebro que es el Alzheimer, hace algún tiempo que se había deteriorado y ayer se apagó definitivamente. Profundamente afectada, llena de sentimientos de cariño y admiración, entre conmovedoras lágrimas le recordabas y valorabas como gran padre y gran persona, también lo mucho se significabais el uno para el otro.

La vida de tu padre llegó al final de su trayecto; tristemente es ley de vida, en definitiva para eso venimos al mundo, pero como consuelo y estímulo para aminorar la tristeza, ahí está Lucía, ese pedacito de vida palpitante que despertando oleadas de ternura alegra los corazones.

La vida, Marisa, no es sólo vivir, es vivirla, ayudar a vivirla a los demás y dejar huellas, y él la dejó profunda; sin su paso por el mundo, por de pronto yo no contaría con amigos tan estupendos como vosotros.

Querida Marisa, en los tristes momentos por los que pasas con la pérdida del tesoro de tu padre, recibe mi más sentido pésame. Y, vamos a ver, entre creyentes y no creyentes, yo me adhiero a la fe envidiable de mi madre, que creía en Dios como en la salida del sol de mañana, y por ello estoy imaginando que tu padre goza ya de un futuro brillante y glorioso en otra dimensión.


Besos y abrazos.


Félix


P.D. Como vivir es formidable, aún no me quiero morir, todavía quiero vivir un poco más, lo más posible, así sólo sea por darte un alegrón, porque sé que te alegra verme vivito y coleando. Vale.