Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 19 de marzo de 2013

TOMANDO CONTACTO CON LA NATURALEZA




Querido Yayo Félix: A dos días para 11 años que escribiste esta carta, he elegido que sea la de hoy porque en ella mencionas a tu padre y hoy como sabrás, es precisamente cuando se celebra tan extraña fiesta.
No me malinterpretes, digo extraña, porque antes era festivo en toda España la celebración del día de San José y por ende, el día del padre; ahora, las cosas han cambiado y no es festivo más que donde se les pone entre los concejales y alcaldes.
Tu familia (festivo o no) echarán de menos verte (o escucharte) recibiendo las felicitaciones por ser para ellos el mejor de los padres y abuelo… No les quitaré razón, aunque para mí, el mejor padre es ese viejito travieso con el que ríes ultimamente.
Se que estarás muy contento de tener cerca a tu hermana Evangelina. Seguro que no paráis de hablar todo el rato, porque como bien dices en tu carta, ahora formáis parte de lo más hermoso de la naturaleza

A los tres envío todo un cargamento de mis más grandes besos y abrazos; y festivo o no, desearos el mejor día del padre.

Dulces sueños.

Marisa Pérez Muñoz



TOMANDO CONTACTO CON LA NATURALEZA

Valladolid, 21 de Marzo del 2002


Queridos hijos: Hoy es el equinocio de primavera que con el de septiembre son los dos únicos días del año en que las horas de luz son las mismas que las nocturnas. A partir de hoy, hasta el 21 de junio los minutos de luz irán imponiendo a la oscuridad, los días se irán alargando, ganando terreno a la noche, dando lugar a que todo lo vivo se renueve: las semillas empiezan a germinar, salen los brotes de los árboles, resurge la hierba, nacen nuevas flores y la naturaleza se muestra más alegre y bonita que nunca. El paso del invierno a la primavera es un cambio que también notan los cuerpos, los pulmones respirando profundamente ponen al corazón a latir gozoso, el sistema circulatorio mueve sangre nueva y los sentidos como si despertando descubren nuevos olores, colores y paisajes que logran que la vida resulte animada y alegre.

        Recuerdo con añoranza la llegada de la primavera de mi infancia allá en la montaña, cuando salía con mi padre al campo y después de días de clima de Alaska, la nieve empezaba a derretirse y la tierra despertaba llenando el monte y las praderas de verdor y de florcillas silvestres, campanillas, margaritas, narcisos… y todo se llenaba de alegría y esperanza, provocando júbilo y todo el mundo se mostraba contento.

        Con el aire claro de la montaña y la cálida atmósfera, con un sol que brillando esplendoroso baña todo de luz, color y calor he subido al cerro del psiquiátrico y acomodado en un lugar silencioso, relajado y sin pensar en otra cosa, sintiendo que tomo contacto con la naturaleza, porque a poco que uno cavile cae en la cuenta que los humanos también tomamos parte del contorno, ya que estamos compuestos por los mismos elementos y movidos por las mismas energías. O sea que en alguna medida, de algún modo formo parte del mundo de los pájaros, las mariposas, las flores… criaturas concebidas y creadas como joyas de la naturaleza.

                      Besos y abrazos,