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lunes, 16 de junio de 2014

EL ESPECTÁCULO DE LA ALEGRÍA



EL ESPECTÁCULO DE LA ALEGRÍA
 Melilla 16 de Junio de 2001

Querida hija: Por fin llegó y pasó la magna fiesta, el espectáculo de la alegría, y sin exagerar mínimamente puedo decir que con un lleno hasta la bandera. Lógico y natural por otro lado, puesto que si las/los alumnos son setecientos, suma padres, abuelos, demás familiares y simpatizantes, toma un lápiz y echa cuentas, que los números no engañan. Y valió la pena, existieron por todo lo alto organización, respeto, orden y arte, lo que significó satisfacción general, a todo el mundo le gusta las cosas bien hechas.
El espectáculo “Películas de Hollywood” estuvo protagonizado exclusivamente por niños y niñas de 0 a 7 años. De o a 1, “los Picapiedras”; de 2, “Cabaret”; de 3,  “supercalifragilistico”; de 4 –Rocío y Mariví- “súper Detective en Hollywood”; de 5, “West Side History”; de 6, -el grupo de María- “Cantando bajo la Lluvia”. 
Después las alumnas de baile del colegio nos deleitaron con dos bailes: “La Bamba” y “Ay, Mamá”.
Creo que ha de quedar meridianamente claro que  hacer bailar –en el caso de Rocío y Mariví, lo propio hay de decir de todas las demás- a más de cincuenta críos con orden, con ritmo y gracia resulta sencillamente sensacional. Labor de jóvenes maestras con mucha vocación, mucho amor a los niños e infinita imaginación. Tal aspiración a hacer cosas y a hacerlas bien es un excelente ejemplo de cómo deben ser las maestras.
Rocío, lógicamente, con los nervios como línea de hormigas, pues además de lo suyo, treinta diminutos policías perfectamente uniformados, tenía a María interpretando tres bailes con diferente vestuario en cada uno, o sea, un sinfín de detalles a tener en cuenta.
Por merecimiento propio, todo resultó perfecto, muy aplaudido. Finalizado  el delicioso espectáculo, ya las profesoras relajadas y satisfechas por el trabajo bien hecho, dio comienzo la “Verbena fin de curso “con duración “hasta que el cuerpo aguante”, que aguantó hasta las 2 de la madrugada. 
Reflejada en todas las acaras la encarnación de la alegría, con el humor a 100, y mirando las cosas  por la cara positiva, las maestras hechas piña, se divirtieron a lo grande.
Por supuesto, con los puestos de la comencia y la bebencia (hamburguesas, bocadillos, pinchitos, bebidas) de confianza y de precio razonable, a tope.
No necesito asegurar que tu padre se lo pasó grandiosamente.

Abrazos