Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 18 de febrero de 2014

NIETA LAURA DE YAYO FÉLIX




NIETA LAURA DE YAYO FÉLIX
Valladolid-18-02-2004


Preciosa y encantadora Laura, nieta, sino por parentesco ni carné de identidad, sí por voluntad y por cariño, lo que valoro como un tesoro. Pues bien, por eso y porque celebras hoy la fiesta de tu onomástica te deseo que sea un día magnífico, fabuloso en el que un coro de ángeles bajen a cantarte al oído el “Feliz, feliz en tu día” y, efectivamente, lo seas al más alto nivel y no te falten motivos para reír con toda el alma, porque ya se sabe que la risa es al ser humano lo que el sol a las flores, a más de un manantial de salud.
Querida nieta por adopción, hija de un padre guapo, porque guapo es quien actúa guapamente, y de una progenitora de lo mejorcito que se ha dado en madres, persona a quien gusta mucho la vida y es feliz viviendo, será porque se sabe reina de un hogar dichoso adornado con las risas y la belleza de tres hijas preciosas. Toda una señora poetisa y novelista, con una cara alegre y sonrisa fácil, gritoncita, guapetona, lista y, por añadidura, rica, ¿me lo vas a negar? Pero, sinceramente, hace bien, porque como dice el refrán, “quien es pobre y feo algo habrá hecho”.
Laura, chiquilla en plena juventud, ese famoso tesoro, goza de la alegría de ser joven, se feliz y procura hacer felices a los demás viviendo como las flores cuya misión es adornar, perfumar y proporcionar alegría, porque hacer felices a los otros es hacerte feliz a ti misma, a más de que mientras seas feliz y estés llena de refrescante y rebosante alegría de vivir tendrás muchos amigos, circunstancia de importancia vital, porque la vida es flor de cuatro días, te lo dice un abuelete cargado de años, pero aún no listo para el desguace porque las miradas repletas de cariño, las caricias y los besos de tantos nietos con la mejor medicina para que siga corriendo por el mundo cargadas las baterías con euforia juvenil. Lo digo con agradecimiento y orgullo, soy un abuelo privilegiado, quiero decir que he sido un abuelo muy nietero, lo que me ha llevado a pasar al lado de los hijos de mis hijos, y en no pocas ocasiones de los hijos de entrañables amigos, a pasar días estupendos, inolvidables, mágicos. Los he visto y ayudado a crecer, he estado a su lado en los momentos decisivos, en los primeros balbuceos iniciándose en el hablar, en el primer diente,  en los primeros pasos, he participado en sus bulliciosos juegos, en sus risas, en sus paseos, en sus excursiones, por ejemplo, por la montaña palentina, en la que en ocasiones tomasteis parte. De los jóvenes corazones llenos de alegría brotaba vida, dando lugar a que todo en torno suyo resultase más bonito y agradable, sin ellos esos años de mi vida hubieran sido monótonos y grises. Mutuamente nos hemos dado mucho, pero, verdaderamente, les debo más que me deben.
Laura, preciosa nieta, una más, este día de tu santo, y todos los demás de tu existencia, vívelos de modo y manera que dejes tras de ti algo que justifique tu paso por el mundo.
Querida laura, nieta guapa con G mayúscula, arrolladoramente simpática y con sonrisa llena de alegría, por ser el día de tu santo, con emoción que hace vibrar los corazones, como abraza y besa el viento a las flores, te besa y abraza el abuelo


FÉLIX