Historias de toda una vida

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sábado, 1 de febrero de 2014

ARCO IRIS



ARCO IRIS


        Valladolid       1   Febrero de 2002


        Queridos hijos: Regularmente el arco iris se observa en el cielo, allá a lo lejos, pero yo tuve la oportunidad de contemplarlo increíblemente cerca.
Fue en Melilla y resultó de lo más emocionante tener al alcance de la mano, a unos metros de los ojos los siete brillantes colores del aspectro.

Pues bien, el recuerdo del fantástico espectáculo me sirve desde entonces para relajarme de manera sencilla y eficaz. Cualquier lugar me sirve, es cuestión de respirar profundo varias veces expulsando el aire profundamente y ponerse a imaginar que como entonces ante mí el arco iris con sus vivos colores. Empiezo con el rojo brillante como una rosa que se cuela en mi interior por la respiración recorre el cuerpo a través del sistema circulatorio. Sigo con el naranja intenso que me penetra por la frente recorre toda la cabeza limpiándola con su luminosidad de los malos pensamientos. Me detengo después en el color amarillo que se posa en el plexo solar y se mete profundo hasta el estomago y los intestinos. Le toca al verde, un verde brillante como el campo grande en primavera llenándome de oxigeno. Le llega el turno al azul como el cielo castellano que me llena de placentera sensación de paz y tranquilidad. El violeta me produce sensación de libertad. Si alguno de vosotros pusiese en práctica comprobaría  lo relajado y contento que se queda el cuerpo.

        Practico otro sistema más sencillo de respiración y relajación. En general respiramos mal, llenando de aire sólo la parte más alta y pequeña de los pulmones, no oxigenando correctamente todo el cuerpo. La respiración correcta se practica así: imaginar que tenemos un globo en el vientre que cuando inspiramos se llena más y más de aire, mientras que cuando espiramos el globo se deshincha por completo. Esta es la respiración abdominal. Inspiramos de nuevo, ahora llenando al máximo los pulmones, llenando de oxígeno y de vida no únicamente los pulmones, también el corazón, el hígado, el estomago, intestinos y riñones, cerebro, ojos, músculos… O sea, dicho todo de una vez, una correcta respiración abdominal y pulmonar es vital, ya que la sangre del cuerpo al pasar por los pulmones se apodera del oxígeno del aire inspirado y en la espiración escapa cargado de ácido carbónico.

        Hijos, si no echáis  en saco roto estas enseñanzas os aseguro que os irá “ okay de mamey de maguey”, como dicen en México.

                                                                              Besos y abrazos