LA
RISA VALE PARA TODO
Melilla
13 Mayo 2001
Querida hija: Pon
atención a esto: el mejor amigo del hombre no es, como se asegura, su fiel
compañero el perro, ni el árbol, con serlo tanto, el mejor amigo del hombre es
su madre, e inmediatamente después, la
Risa, porque la risa vale para todo, hasta para llorar... de
risa.
La risa de verdad, la
que sale de dentro, actúa eficazmente sobre el organismo y es efectivamente
curativa. Es importante reírse con la gente, no
de la gente. A través de la risa se evitan los problemas de estrés,
depresión, nervios, falta de comunicación...
Una cara luciendo una
sonrisa sana, inocente, sincera y espontanea, refleja la fisonomía de los
ángeles, esos lejanos parientes nuestros. La sonrisa embellece, pues hasta una
muchacha no favorecida físicamente se pone preciosa cuando ríe emocionada.
Sin exagerar, no será el
primero ni él último sordo o mudo, que después de un buen ataque de risa ha
recobrado la voz o el oído. Con los niños autistas también con la risa se están
consiguiendo éxitos considerables. Los enfermos en general tratados por médicos
sagaces y de éxito a quienes se prescribe terapias de risa y buen humor mejoran
mágicamente. Pero ¡ojo! Que todo hay que decirlo, las risotadas torpes y
malsanas que surgen a costa del prójimo para demostrar nuestra superioridad
sobre ellos, atacan el corazón y favorecen los problemas cardiacos y hasta
reumáticos.
Se asegura como cosa
probada y comprobada que cuando reímos liberamos hormonas que provocan
infecciones, eliminamos toxinas y alejamos el fantasma del infarto. Cinco
minutos de risa actúan como un analgésico sin efectos secundarios.
Quienes se han ocupado
de contarlo aseguran que los niños se ríen una media de 300 veces al día,
mientras que los viejos, los que más lo necesitamos, apenas si reímos un par de
docenas de veces, y lo peor, cuanto más viejos, menos reímos, una auténtica
lástima. Porque motivos no faltan, pondré un ejemplo que es para desmadejarse y
rodar por el suelo de risa, el pensar que somos 75% agua, o más.
O sea que toda nuestra
vanidad, orgullo y soberbia no pasan de ser un charco de agua monda y lironda.,
¿No te ríes? Ríete, por favor, que la risa es el rasgo que más nos diferencia
de los nobles brutos.
Hablando de risa puedo
largar cantidad, no en vano me intereso en profundidad, pero de momento
rematare el e-mail, un tanto desordenado
que no deseo corregir, anotando una consecuencia lógica: A reír sana,
inteligente y a tope en beneficio propio y de los demás.
Te abraza fuerte y
risueñamente tu padre.