Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 28 de octubre de 2014

FÉLIX TEN JUICIO



FÉLIX TEN JUICIO
Valladolid Octubre de 2001
Queridos hijos: Tiene mi lengua ganada a pulso fama de viperina y disfruto imaginativamente considerando los claros beneficios que me reportaría sujetarla un poco, evitando que por un quitarme allá esa paja se vaya donde no deseo y, lo peor, que se muestre desagradable, bronca y áspera, pero es que no puede ser, por más que lo intento y le pongo buena voluntad, pero soy cornito hasta el tuétano y como tal tozudo e irreflexivo y no cambio ni con lavativas de Coca-Cola.
Malo quizá no soy, pero sí poco bueno. Lo que quiero decir es que no sé si tengo alguna virtud, pero defectos mogollón, brillando con luz propia la dicha lengua insultativa. Soy consciente de mi tara y de que aunque viejo merecería la pena dar el cambiazo, y hago firme propósito de medir más mis palabras, pero mis propósitos de enmienda caen por tierra como castillos de naipes con suma facilidad.
 Félix, ten juicio - me digo -  y ata bien atado el músculo de la palabra, sino malo, porque no cabe imaginar nada peor que el nerviosismo incordiante que se dispara como un triquitraque y da lugar a cometer inexplicables tonterías, puras estupideces, o sea, a escupir sapos y culebras, acción impropia de un hombre ecuánime y ponderado.
Estoy en la mejor disposición de ánimo de intentar limar mi modo y manera de ser a la hora de darle a  la sinhueso en los momentos de arrebato, hasta que se diga, éste no es mi Juan que me lo han cambiado.
Apercibido estoy de que no resulta fácil despojarse de viejos y arraigados hábitos y que serán múltiples los intentos fallidos, pero si cuento con vuestro aliento y apoyo, más entrenamiento y entrenamiento, quien quita que llegue a un término exitoso. En fin, ¿qué queréis que os diga? Pese a todo, digo, hijos míos, me conocéis, soy un vejete que ama la paz y el sosiego pero si me pisan los callos se desmadra mi lengua desfachatada.

Besos y abrazos