Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 31 de mayo de 2014

ME CUADRA HARTO EL JUGUETITO



ME CUADRA HARTO EL JUGUETITO
Valladolid 2007
Mi muy estimado cuatito Fernando y todos los demás: Me cuadra harto el juguetito éste del correo electrónico, Ah, y si en algún momento os place conectaros al chateo para darle duro, tupido y bonito al lero lero, aquí tenéis unos internautas a vuestras órdenes.
No voy a preguntar cómo estás porque perfectamente lo imagino: un setentañero aún con prominentes músculos, pletórico de energía, corazón intrépido, y por añadidura, lleno de fuerza, equilibrio y sentido común, cualidades naturales en ti. Yo, me late que no me vas a creer, pero ahí donde me ves aquí, igual que tú, muy hombrezote, pero menos, digamos que un abuelete que se dobla, pero no se quiebra, capaz de emprenderla a patadas con un cerro, pero ¡ay! Para que más que la pura verdad, de no ser por una méndiga rodilla que me hace la vida de cuadritos, rengueando voy.
Ineluctablemente el roce con el tiempo nos desgasta, por lo que bonito volver la vista atrás, hacia los viejos tiempos, cuando brincábamos como tepezcuates y el mar se nos hacía chiquito para hacer un buche.
De veras, aún se me paran los pelos y se me enchina el cuero de emoción con el recuerdo de tantos días estupendos que  alegres y divertidos compartimos. Así que ¿echar de menos México? Pues cómo de que no, reharto, pero como por viejo y cobardica no viajo allá, me consuelo y me divierto presumiendo con mis amigos con aquello de que París será la ciudad luz, Roma la cuidad eterna, y así como de Madrid al cielo, como México lindo y querido no hay dos.
Pues eso, mi cuatito  Fer, que viejo soy, pero no rajón que todo se me vaya en gruñidos, lamentos y rezongos, pues antes de morir quiero vivir un poquito, sentirme joven porque el espíritu nada tiene que ver con la edad, y en razón de ello soy un madrugador compulsivo, las seis de la mañana es mi hora habitual de tirarme de la cama y, mira, verás, lo hago con una sensación de optimismo. ¿Me adivinas por qué? Fácil: después de cruzar el puente de esa pequeña muerte que es el sueño, abrir los ojos y encontrarte con el milagro portentoso de verte vivito y coleando es motivo bastante y sobrado para abordad el nuevo día que tengo por delante alegre y con buen humor, esto es, para vivir disfrutando.
Como la imaginación es, según se dice, los ojos del corazón, y hasta del alma, me hago la ilusión de volar mágicamente hacia Celaya, entre vosotros, en medio de música de mariachis y hartos tacos de chicharrón de jabalí y de gusanitos de maguey bien picosos... Lástima que no pase de ser un sueño.
A los amigos se los quiere y valora, entre los dos sentimientos existe una diferencia. El primero indica afecto, cariño. En el segundo admiración.
Tenquius por ser como sois, amigos estupendos, joviales, simpáticos, rumbosos, hospitalarios... lo que nos lleva obligatoriamente a quereros y admiraros al máximo y desearos de todo corazón que en vuestras vidas reine el amor, la paz y la felicidad.
Abrazos,