Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 7 de marzo de 2012

SALUD, DINERO Y AMOR


Hoy tocó reflexionar sobre este controvertido tema y aprovecho para enviarte un fuerte abrazo por saludable, -que a tu edad es un lujo poder decirlo y demostrarlo-; adinerado –Que en estos tiempos también es un lujo poder vivir sin apreturas; y bien merecido que lo tienes por haber trabajado duro durante muchos años de tu vida- y tesorero del amor de todos quienes tenemos la suerte de conocerte.

Te quiero guapo.
Marisa Pérez Muñoz

SALUD, DINERO Y AMOR 5 de marzo de 2012 08:17

Queridos seres queridos:

Después de la ola de frío siberiano que hemos sufrido con el vientecillo helador que elevaba muchos grados negativos la sensación térmica, es hoy un airecito que acaricia  la cara de forma placentera, o sea, que está haciendo unos días de tiempo que es una delicia, con una temperatura, a mi gusto, perfecta, luce un sol amable, con una deslumbrante claridad de un sonriente día de primavera, lo que consigue que uno se sienta bien, con la grata sensación de hallarte tan vivo que parece que todo es más bonito, agradable y alegre, y no me decido a declararme feliz por temor a faltar a la verdad,  pues educado en la cultura en la que la felicidad consiste en disfrutar de salud, dinero y amor.

Pero, vamos a ver, ¿Tienen razón? A poco que se reflexione; No, ni remotamente. Si el dinero fuese fuente de felicidad los multimillonarios serían superfelices, ¿Es así? Los ricos también lloran; existen, por otro lado, personas resilientes que con salud precaria, pero con el lema “¡Viva la vida!” aguantan el tipo emocionados y felices. El sentimiento del amor sí es, en efecto, una vía maravillosa para alcanzar la felicidad. Esa felicidad que está de moda, pero que solemos buscar por donde no existe, por camino equivocado, ya que en vez desear lo que tenemos y sacar provecho de ello nos centramos en lo que carecemos y eso nos hace vulnerables a la desilusión y a la insatisfacción.

Lo correcto y justo es aprovechar inteligentemente el tiempo agradeciendo el regalo de la vida, el milagro de despertar cada mañana y hallarte vivito y coleando, disfrutando de lo mucho que tenemos, porque la gratitud nos hace propensos al optimismo y a la alegría, llenándonos de energía, entusiasmo y empatía.

Pues bien, así las cosas de favorables, permitidme que libre la imaginación vuele por territorio de los ensueños y la fantasía para poner un poco de magia a la vida y convertir en paraíso nuestro mundo, esa maravillosa y extraña esfera azul que flota en el cielo, a la que debemos mirar con admiración, respeto y máxima consideración, porque ella nos da la vida, respiramos aire, bebemos agua, comemos alimentos, a sea, por encima de todo, somos naturaleza.

Conjuntamente a mimar nuestra aldea planetaria, con generosidad, sensibilidad, no olvidando nuestra pequeñez e insignificancia, así como la fugacidad de la vida, apenas un relámpago entre dos eternidades, concienciados, humanizados hemos de aceptar plenamente que, queramos o no, aunque no tengamos el mismo apellido, todos los humanos, absolutamente todos, somos hermanos indisolublemente entrelazados; somos lo mismo, procedemos del mismo lugar, pertenecemos a la misma especie, todos somos hijos de Dios o, en último lugar, según teoría de sabios talentudos, de esa bacteria, virus, microorganismo o el bichejo que fuera el que evolucionó hasta dar en hombre., y cada uno de nosotros  es esencialmente valioso como persona y, consecuentemente, debe de ser respetado, protegido y estimado sea gigante o pigmeo, blanco, negro, amarillo o cobrizo; cristiano, mahometano, budista…, maditerréneo, africano, mongol, conchichino…para crear una atmósfera de paz y felicidad universal.

¿Se hará realidad la utopía? Va a ser que no en tanto en cuanto unos, injustificadamente, vivan nadando en la superabundancia y otros hundidos en la suma pobreza. Resulta radicalmente obligado otro nivel de vida más humano, las diferencias son un manantial de injusticias y conflictos que nos distancian rompiendo la fraternidad.

Queridos seres queridos, la felicidad no consiste en estar bien, disfrutando de todo a manos llenas, si no que es preciso obrar bien, ser buena persona, encaminar pensamientos y sentimientos hacia el propio bien, a la vez  ayudando a los otros a alcanzar una felicidad sana, sencilla y natural.

                    Abrazos y besos.

                            Félix