Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 19 de octubre de 2011

SOY LONGEVO

 Pues sí, afortunadamente lo eres y gracias a ello el día 1 de este mismo mes pudiste disfrutar de la boda de tu nieta Laura que te dedicó ( y tú a ella) sonrisas y abrazos tan bonitos como los que se ven en las fotos.
Tu carta de hoy magnífica, no se puede añadir más.

Besotes

Marisa Pérez 
 
SOY LONGEVO        19 de octubre de 2011 07:11 Soy longevo

Queridos seres queridos:

La juventud, divino tesoro, lo tiene todo: alegría, belleza, vitalidad y salud completa, pero dura poco, pronto se va para no volver y una vez que esto tiene lugar, más que corriendo, volando se echan encima el medio siglo y no es que cumplir los cincuenta no sea maravilloso, pero ¡ay! se dan las primeras señales de que ya las cosas no están por entero exentas de molestias y complicaciones de salud.

Vamos a ver, cumplir 65 años es ingresar en el club de la tercera edad; con los 80 se es viejo en la cuarta edad y  con los 90  no se pertenece a ninguna edad, ya ni siquiera se es viejo, se alcanza el más alto nivel, la longevidad.

Con la acumulación de años la vida algo me ha ensañado, sé, por ejemplo, que hay que aprender a ser viejo cuando aún se es joven y sano. Para llegar a ser un anciano saludable, alegre y optimista se ha de tener clarísimo el papel clave que desempeñan los alimentos, y los productos protagonista son frutas y verduras, hortalizas, legumbres, aceite de oliva virgen, el revitalizador vino tinto…Consumir en abundantes cantidades frutas y verduras por su riqueza en fibras naturales, elementos protectores que limpian el organismo con el correcto tránsito intestinal, y como envejecer es oxidarse, los antioxidantes previnientes de las ensaladas, su principal fuente, constituyen eficaz antienvejecimiento.  

Para mantener el cuerpo a raya se ha de tener doblado y redoblado cuidado en consumir los alimentos en cantidades acordes con las necesidades, teniendo presente esta  razonable consideración: la comida en la boca dura dos minutos, dos horas en el estómago y, para los tendentes a gorditines, tiempo indefinida en la tripa y en el pompis. Dicho de otro modo: en la alimentación sana, sencilla, natural, suficiente y equilibrada reside el secreto, el milagro de la buena salud.

Por supuesto, la buena salud no supone privemos de uno de los grandes placeres que nos brinda la vida, sentarse en una mesa bien servida en grata compañía, porque no se trata de comer y beber, sino comida y bebida a la que se le añade un ingrediente básico: la sociabilidad, la convivencia. Para mí la compañía ideal sois vosotros. Me siento contento y afortunado, resulta un día festivo tener a la familia reunida armoniosa y jovialmente, tomando  la vida como una cosa graciosa y divertida, disfrutando de ella con los cinco sentidos.

Pues eso, que es importante divertirse, no tomarse demasiado en serio y reírse de sí mismo, es el humor más beneficioso, la mejor medicina para la salud física y mental. No todos entienden este tipo de humor, gusta mofarse del prójimo, pero de uno mismo ¡jamás! ¿Qué gracia puede tener el humor contra ti mismo? Sin embargo se dice que la madurez emocional llega cuando se tiene capacidad para reírse de sí mismo.

Otra cuestión a tomar en consideración es la buena respiración, es esencial para llenar las arterias de oxígeno y el corazón bombee sangre bien oxigenada con lo que las células se mantengan jóvenes y sanas.

Bien se dice que la edad no es tanto cuestión de los años que se tienen como del estado de ánimo, con todo, por muy alta que se tenga la moral,  las personas de mi edad a quienes no les duela nada es que ya están muertas y mi dedito malo es la artrosis lumbar, la espalda sometida a efecto de la edad y al natural desgaste de las articulaciones es causa y razón de dolor en la parte baja de la columna que se extiende a las caderas y las rodillas dificultando la movilidad, pero en modo alguno quiero convertirme en viejo quejumbroso, una carga para los demás, hay que movilizar cuerpo y mente para que el sentido de la vida no termine, para mantener en lo posible la lucidez y la vivacidad del espíritu, porque vale la pena utilizar bien la vida viviéndola alegre y provechosamente.

                                         Besos y abrazos,

                                                 Félix