Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

viernes, 21 de febrero de 2014

QUERIDO DIOS



QUERIDO DIOS

Valladolid 21 de Febrero de 2002
Querido Dios: Te voy a tratar de tú a tú, como corresponde a la relación padre-hijo, y te cuento:

Mi madre, mujer de acendrada religiosidad, creía dulcemente en Ti, y es que para nosotros tu realidad, tu existencia es cosa de fe, de esa fe que es como tener dentro del alma un foco de luz, un sol, y es por ello que la magia de la fe obra prodigios, tal como esperar sin la más leve duda que después de esta vida nos espera otra de felicidad sublime y eterna.

No tengo yo tan claras las cosas como la autora de mis días, pero, por supuesto, personalmente creo, soy su hijo y me enseñó a quererte, y soy hijo de mi pueblo, nací bajo un cielo pletórico de estrellas florecidas en cuyos pestañeos se evidencia sin contradicción posible que algo extraordinario existe, llámese Dios, Gran Todo, Nada Absoluta. Te voy a ser enteramente sincero: Creo en Ti a pies juntillas, pero a mi manera, sin pizca de olor a español, que por ser quienes somos, hijos predilectos del Corazón de Jesús, gozamos de favoritismo divino, ni a ruso, ni a americano, ni a conchichino. Tampoco a católico, ni protestante, ni a judío, ni a mahometano, ni budista... Tú para mí eres simple y llanamente Dios- Dios, a secas. De Ti me gusta todo, menos que seas tan bonachón y permitas pasar por tonto, que te tomen por el pito de un sereno, que se hayan subido a las barbas  y vivas cosido a los caprichos de esa caterba de canallas ingobernables: talibanes, integristas, racistas, tiranicidas, magnicidas...No se comprende que permitiese a Reagan que rezase como dicen que lo hacia "Dios, no sean soberbio, si quieres algo, baja y pídemelo".
Dios, existir, desde luego, pero ¡qué pena! cada vez menos, por doquier se oye eso de "¿Pero aún quedan ingenuos que creen en esa cosas en las que ya sólo creen pobres e ignorantes? El único dios que interesa en el dinero, comer y beber bien y dormir con tías buenas, lo demás es lo de menos".

Alguna razón asistía a mi tío Rojo, de Cornón, cuando decía que no lo consideraba probable, pero que si algún día por un prodigio inaudito el Divino Hacedor le cediese el trono, así sólo fuese por unos días, las cosas cambiarían radicalmente, porque desde el momento mismo que tomase las riendas, por las buenos o por las malas, todos derechitos, de lo contrario no iba a repartir garrotazos, por lo gordo.

Convenencieramente es preferible creer e Ti, sin tu existencia la vida sería como atravesar un túnel y al final encontrarse con la nada. Muy triste. Cosa diferente es morir para nacer a la eternidad, y fundidos contigo gozar de excelsa e indefinida felicidad.

Padre, respetuosos y encendidos besos y abrazos de tu hijo.