Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 18 de noviembre de 2014

GIMNASIA MENTAL



GIMNASIA MENTAL
Valladolid 30 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: A los avanzados de edad con goteras en las recordaderas nos mosquea y nos baja los ánimos el mieditis a la enfermedad asociada precisamente al paso de los años: el Alzheimer, y no es para menos si son tales los estragos que producen  en la memoria que deja a la gente en estado vegetativo. Así las cosas, una se pregunta si existirá alguna solución para soslayar el problema.
Parece ser que en alguna medida la hay tomándoselo  en serio y prestando al asunto dedicación y esfuerzo. La estratagema  para frenar el deterioro se llama "gimnasia mental", y consiste en ejercitar diariamente el cerebro con lo que se evitará que se eche a perder por desuso. O sea, que para mantenerlo joven hay que actuar lo mismo, igualito que hace un atleta, entrenar su cuerpo para que mantenga en forma, porque la capacidad de pensar tiene su sede en el cerebro, y como todos los órganos se deterioran con el tiempo. Lo que se impone, por tanto, es practicar, entrenamiento mental, hacer trabajar duro a las neuronas, no permitir que vivan a la bartola.
Dicen los que lo dicen por que lo saben, que el cerebro puede ser moldeado, o sea, que  el deterioro mental  no es inevitable, se frena  con fe y entrenamiento constante. Siguen diciendo los especialistas que utilizamos  únicamente una parte ínfima  parte de nuestros recursos cerebrales; el resto permanece en estado de somnolencia. Todo un desperdicio.
Conocido esto, yo trato de  mantener en forma el músculo recordatorio, a más de leer y escribir, uso un truco. Os paso la fórmula: igual que cuando guiso, cacharreo y escobeteo la casa y quiero hacerlo bien, fantaseo imaginando que revolotean en mi entorno los ojos de Dios  y los de mis seres queridos, y para que no me duerma en los laureles, de pronto me cosen a preguntas: ¿Qué hiciste ayer? ¿Qué comiste anteayer? ¿Quién es el autor del libro que lees? ¿A quién viste ayer y de qué charloteaistes?...Y así todo en rato. Es buen invento éste de los buenos ojos vigilantes.
Hijos, mirad,  os digo una cosa que no debéis echar en saco roto, hay que aprender a ser viejo cuando se es joven.
Besos y abrazos