Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

miércoles, 24 de octubre de 2012

EXCURSIÓN A BURGOS



Querido yayo, aquí la cartita de hoy de una excursión que hiciste a Burgos hace 11 añitos y tan grato recuerdo te dejó.
Ahora tienes que escribir tus excursiones por los pasillos, y salas de espera-comedor; hasta que puedas volver a relatar tus excursiones a Mercadona en busca de la hornera más rebonita.
Que siga la mejoría y te mando achuchones y algún que otro chillidito de gritoncita.

EXCURSIÓN A BURGOS
 3-Agosto-2001

Queridos hijos: En excursión de vejetes he visitado Burgos. La ciudad del Arlanzón me ha encantado, no a nivel de Toledo que me fascinó, pero ha sido una visita inolvidable.

Burgos es, ante todo, la catedral, el prodigio de la catedral, una construcción maravillosa, así, como suena, una manifestación del más puro arte gótico del mundo entero.
No se ha tratado de una visita minuciosa; mucho que ver en poco tiempo, apenas una rápida mirada por encima a la belleza incomparable de sus fachadas; lo más prestigioso es su estilo, llena de riquezas decorativas.
Las portadas, de las que se dice ser dignas de dar entrada a la Gloria; galerías, estatuas, balaustradas, altos ventanales ojivales, encajes en archivoltas… y las elegantes y magníficas agujas de las torres que lo coronan todo.
Y si el exterior es fastuoso, en el interior se encuentran las más insignes creaciones del arte en retablos, imágenes, cuadros, sepulcros… todo un mundo de muertos ilustres, el más prestigioso: “El Cid” y su esposa.
En la nave principal, en lo más alto, el famoso Papanatas suelta sus carcajadas cada vez que suena la hora.
Visitar la catedral es como sumergirse en un baño de arte, de verte rodeado de las obras con las más altas cualidades artísticas y la verdad, tanta maravillosidad no se explica con palabras. Hay que verlo.

Pero la catedral, con ser tanto, no lo es todo; Burgos es una extraordinaria ciudad que ofrece otros muchos alicientes.
De la corta, pero grata visita recuerdo haber ido saltando de sorpresa en sorpresa: Rincones, plazas de singular belleza rodeadas de viejas y típicas calles, iglesias, edificios notables, soportales, la monumental estatua del Cid, las alamedas que crecen junto al río, los risueños y bien cuidados jardines de la Isla y el Espolón… A la izquierda del río se agrupan los barrios modernos, llenos de vida.

Después de relampagueante visita a la Cartuja de Miraflores y Las Huelgas, decimos adiós a Burgos, que es mucho Burgos y nos ha dejado gratísima impresión.

Besos y abrazos:  Félix