Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 6 de noviembre de 2012

PARTICULAR DIFERENCIA



Con once años menos diez días de diferencia, heme aquí publicando esta carta que una vez más dedicas a todos y cada uno de tus hijos y  nietos.
Cierto que es un pelín enrevesada y hasta filosófica que termina con una reflexión que no se si llevaste a cabo alguna vez, aunque me temo que no demasiado, porque el que sale besucón, da besos hasta al aire, pero el que no, pues no, ni a tiros.
Otra cosa es que yo: besucona ona, ona; me empecine en enviarte besos de todos los colores y sabores intuyendo que mis besos serán más leídos que sonados por lo reticente que eres a besuquear y que te besuqueen. Aun así cada día te envío mi racioncita de besos, achuchones, abrazos y cariños, que si bien no te doy en mano, sé que hay quienes están encantadísimos de cumplir mi encargo. Cumple tú con tu propia promesa; Sí, si, la que te haces al final de tu carta.

Te quiero vejete gruñón. Ah! Y enhorabuena por estar ya en casita.

Marisa Pérez Muñoz

PARTICULAR DIFERENCIA

         Valladolid, 16 de Noviembre de 2001

         Queridos hijos: Os parecerá mentira pero no sé contestar a la pregunta, ¿Quién demonios soy yo en realidad? La puritita verdad es que de mí mismo sólo sé que no sé nada, o muy poco. A parte de que yo soy yo y mi circunstancia, sé que mi vida no me la he dado yo, sino que me  encontré con ella al encontrarme conmigo. Estoy aquí, como decía Ortega,  puesto, como arrojado, una cosa una cosa más entre otras cosas que forman parte del mundo, como una piedra, como un árbol, como una flor, como un estrella, pero con una muy particular diferencia, que sé que soy, que pienso en mí, en lo que soy, en los otros, en los demás. Pienso y sé que soy, pero ¿Qué? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Quién soy en realidad? Esa es la cuestión.
         Soy yo y mi circunstancia, ya está dicho, yo y el mundo, pero ese misterioso mi yo que reside  en lo más hondo de mí mismo es el que corta el bacalao dictando las normas de mi modo de ser. Quisiera darme la vuelta hacia dentro y llagar  a mi más íntimo y  secreto  fondo para hablar de tú a tú con mi yo, exigiéndole explicaciones sobre ciertas cuestiones: ¿Por qué no soy aficionado a la fiesta de los toros a la que tanto apasiona a la mayoría de los españoles? ¿Por qué no me apasionan los naipes tan español también? ¿Por qué oculta razón para mí me gustan tantísimo los garbanzos con bacalao y tan poco, que me producen nauseas, el hígado encebollado? Y sobre todas las cosas , ¿Por qué soy tan poco mimoso y nada besuqueador? Vuestro padre y abuelo que os ha querido,  os quiere y querrá siempre incondicionalmente y os deseo todas las felicidades del mundo, la felicidad de amar, la felicidad de ser, la felicidad de vivir...y ahora de viejo, cuando estoy llegando al umbral que da paso al otro mundo me voy enterando del garrafal fallo cometido que me hace sentir presa de un sentimiento de culpabilidad por mi conducta poco besucona, dado que, a lo que parece, todos nacemos con la básica necesidad humana de ser tocados y besados por otros, y con mayor motivo por padres y abuelos 
         Pese a ello, pues bueno, me siento orgulloso de lucir en las estanterías de mi habitación la estuatilla que me acredita como "el mejor  abuelo del mundo", ya será menos, digo yo, pero efectivamente he sido un abuelo muy nietero, con ellos, rebosando el corazón de cariño y alegría he ido y venido, vuelto a ir y a volver mil veces a todas las partes, feliz a tope siempre de verme rodeado continuamente  de un apretado racimo de críos  a los que  necesitaba yo más a ello que ellos a mí, y sin embargo, lo siento, perdón, perdón, perdón no besé cuanto debía , una auténtica lástima, porque de haberme enterado a tiempo de la importancia de tales demostraciones externas de cariño, a buenas horas les privo de  ellas. Pero nunca es tarde para empezar, así que  hijos y nietos, estoy en las mejor disposición para saldar mi cuenta con efecto retroactivo. Así, pues, ir colocándoos en fila, porque os boy a gastar los mofletes a besos entusiásticos.
                                                        Paz y alegría,