VIVAN LOS OTROS
Valladolid Octubre
de 2001
Queridos hijos: Quisiera cambiar y que cambiaseis conmigo para mejor
y modificando nuestra
manera de pensar aprendiéramos a reírnos de nosotros mismos, pues
quienes gozan de un sentido del humor capaz de tomarse a broma y reírse de sus
fallos y lunares disfrutan de la vida. Pasándoselo realmente bien.
Es bueno y bonito ver el lado positivo de las cosas que nos pasan y
festejarlo, porque nos sacarán los malos humores del cuerpo y no cabe imaginar
nada mejor que ser capaces de sacar alegría hasta de la tristeza y ser felices
viendo a los demás alegres y amigos, y estar dispuestos a gritar "vivan
los otros".
Pocos son de fiar los malhumorados que ríen poco, y ese poco bajo
sospecha, y nada de fiar quienes practican el humor basura, que se ríen de los
más débiles. El propietario de un humor limpio y noble y de su compañera la
risa, son sin duda buenas personas que les gusta la vida y son felices viviendo
y dejando vivir. Además por añadidura son personas sanas, porque el humor y la
risa son de los mejores conservantes de
la salud física y mental.
Es difícil exagerar la importancia que tiene tomarse un poco el pelo a
sí mismo, significa que uno se estima
sin ser prepotente ni engreído, porque no es que escaseen los narcisistas hasta
el absurdo, que consideran una insigne pendejada mofarse de su persona,
equivocándose de medio a medio, puesto que no tomarse uno a si mismo demasiado en serio es signo de
inteligencia emocional y de gozar la mejor medicina contra el estrés. Los
médicos listos empiezan a curar a sus enfermos con humor y risas.
Hijos, Groucho, el bigotón de los hermanos Marx, dejó en su epitafio
el ejemplo más ingenioso de reírse de si mismo: "jamás pertenecería a un
club que me admitiese como socio"
Besos
y abrazos