Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

martes, 18 de diciembre de 2012

AUTENTICO PATA NEGRA



Querido Yayo Félix: En esta carta cuentas algo inaudito y que no dudo sea verdad, aunque hay que ser ignorante para tirar el jamón a la basura; aunque no sea “pata negra”.
¡¡En fin!! Ellos sabrán.

Te mando una montonera de abrazos.

Marisa Pérez Muñoz


AUTENTICO PATA NEGRA
Valladolid 13-12-2001                           

           Queridos hijos: Dicen, los que lo dicen, será porque lo saben, que las suecas están “tan buenas” como el jamón de máxima calidad. Pues mira que bien; pero, comprobado, a los suecas, al menos a los jugadores de la selección de fútbol de este país, suecos tenían que ser, gente rara, rara, rara, agarrados, no les gustas el jamón de Jabugo. Así quedo patente en reciente visita a nuestra tierra, que deseando agasajarlos por todo lo alto les ofrecieron unos exquisitos y aristocrática bocatas del mejor ibérico de bellota, todo un lujo. Pues bien, los miraron con el gesto fruncido y, pasmados, porque hambre si tenían, porque comieron el pan, pero tuvieron la patética ocurrencia de arrojar las lonchas a la papelera. ¿admitiréis que es una extraña rareza?. Aclaro que no lo despreciaron por ser vegetarianos, mahometanos o judíos, ni por se de naturaleza frugal y comer como pajaritos, tampoco por pertenecer a alguna asociación protectora de la raza porcina. No, sencillamente porque carecen del don olfativo y gustativo que permite disfrutar del delicioso olor y exquisito sabor del manjar único en el mundo que ha alcanzado la categoría de prodigioso otorgado por los paladares mas refinados.

         El milagro del sabor del jamón-jamón gusta a todos, porque ¿qué gente conocéis vosotros que no les guste? De los extranjeros que nos visitan, se dice, si es que dicen la verdad, que en los bufetes de los hoteles se lanzan de cabeza sobre los tacos y lonchas del refinado manjar, no solo para degustarlo con delectación, también para ponerse morados, repitiendo una y otra vez hasta apurar la ultima loncha.

         Ósea, que los futboleros de la península escandinava, fría donde las haya, se permiten el lujo de torcer el morro ante el irresistible sabor de un autentico pata negra. Pues ¿qué queréis que os diga?. Ese extraño capricho no se ve todos los días. Bueno no solo son ellos, tampoco les gusta a un comistrajas que yo bien conozco: Jorge.

         Hijos, a esos jugadores del balompié del país del frió que desprecian el sublime deleite de cosa tan riiiiica como el jamón de 24 quilates, no resultaría extraño que se pirrasen por las sardinas arenques.



                                                        Besos y abrazos