Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 15 de febrero de 2014

SILENCIO Y SOLEDAD



SILENCIO Y SOLEDAD

Queridos hijos: Hay personas, y no pocas, que tienen miedo al silencio y no saben vivir sin la tele, el aparato de música o ambas cosas a la vez funcionando. Es decir, que el silencio les resulta intolerable y lo combaten con todos  los medios.
 Su mayor afán es huir tanto del ambiente silencioso como de la soledad, por supuesto, la buscada y deseada.

En la familia no escasean precisamente aquellos que al entrar en casa, lo inmediato es apresurarse a apretar el botón que pone en marcha estos ingenios parlantes, porque al encontrar insoportable verse solos y en paz, recurren a la falsa “compañía” que proporciona la televisión.

Bien se nota que no han experimentado lo relajante y placentero que resulta un buen rato con ausencia de ruidos y solito tú y tu alma. Meterte dentro de ti mismo y hablar de tú a tú a tu yo: ¿Quién soy? ¿De donde vengo? ¿A dónde voy? O simplemente perder el tiempo con la mente en blanco.

Mi entretenimiento favorito en estos momentos es dejar la imaginación en libertad para que vuele a placer.

En poco tiempo las cosas han cambiado una barbaridad, hace nada; -poco más allá de medio siglo, cuando nací- la mayoría de la gente, para precisar desinformada, por citar un caso concreto, hablando en plata, Cornón ignoraba por completo (o casi), la existencia de teles, radios y teléfonos, su obsesión principal consistía, no en tener noticia de sucesos ajenos, sino asegurar el condumio, puesto que una cosecha escasa les ponía a régimen de media ración durante todo un largo año.

El gran cambiazo a mejor nos permite gozar de todo lo apetecible: casa llena de comodidades, coche a la puerta, la manducatoria resuelta a lo grande y con el mínimo esfuerzo, eficaz y gratuita sanidad, etc, etc, etc Sin embargo no todo el monte es orégano, no faltan medios e inquietudes por exceso de información.

La tele, la radio, la prensa y teléfonos móviles que no apartan de la oreja pese al rumor de que pueden provocar tumores malignos en el cerebro.
Nos tienen informados al minuto cuanto pasa en el redondo mundo, sumiéndonos en un bombardeo de noticias deplorables: guerras irracionales, hambrunas, terremotos, riadas, terrorismo… y por si eso no fuese bastante y suficiente, una mujer que por celos da muerte a tres sus hijos, arrojándose después por el balcón; un violador con permiso carcelario de fin de semana ataca a una pareja de novios ultrajando a la chica y asesinando al muchacho.

Un hijo mata a hachazos  a sus padres, otro abandona al suyo en una gasolinera, gobierno y oposición enfrentados rabiosamente… ¿Es que no hay noticias buenas? ¿Sólo interesa lo trágico? ¿Es que la tele no puede ser menos atontecedora? Ante semejante panorama a nadie extrañe los miedos, los desordenes de ansiedad, los nervios, las depresiones, las fobias…
Hijos, ni qué decir tiene que el objeto en la vida de todo ser humano es ser feliz, pero no hay que buscarlo en el consumismo, en poseer cosas que con frecuencia dejan de ser atractivas cuando se alcanzan, si no en las personas, claro que aun mas en las que nos rodean.

Beso, abrazos, amor y paz.

Félix