Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 16 de mayo de 2011

EL TRABAJO ENDULZA LA VIDA

Como refrán la frase no está mal, aunque desafortunadamente –y como bien apuntas- en estos momentos, a cinco millones de parados españoles, no se les podría espetar semejante frase a no ser que fuera con interrogantes; entonces sí, podrían decir si la endulzó, la endulzaría o la endulzará en cuanto esto se arregle y comiencen a salir de su pozo… o de donde se hallen; porque no opino como tú en eso de que "La obligación de trabajar les haría estar bien y ser felices". Me consta que muchos se toman la situación como de vacaciones remuneradas y aunque no hay trabajo, tampoco se desloman en buscarlo; aunque no sea de "lo suyo".
Otros muchos viven en absoluta desesperación y otros...

Si lo afirmas, es porque a ti te la endulzó.

He de decir que también tuve la suerte de trabajar en lo que me gustaba (dependienta, “diseñadora” costurera y montadora de cortinas, “editora y camarógrafa” de vídeos artesanos… y AMA DE CASA) ahí es nada.

Aún gustando, no todos los días se afronta el trabajo con la misma ilusión o las mismas ganas; máxime después de un largo fin de semana, un puente o las mismísimas vacaciones.
Cuesta habituarse de nuevo a la rutina y el primer día, la dulzura se amarga un poco.
Luego están los trabajo-adictos, que viven para trabajar en vez de trabajar para vivir; o los que en su casa están tan malamente que necesitan llenar sus horas con la “felicidad” que les proporciona el trabajo… en vez de intentar también proporcionarse y proporcionar ratos felices fuera de él.

Habría mucho más que matizar a esa afirmación de tu magnífica carta, pero creo que por hoy ya está bien… a no ser que opines lo contrario y quieras que sigamos matizando más y más.

Abrazos y feliz semana a todo el mundo que nos lea… y a los que no, ellos se lo pierden.

Marisa Pérez
EL TRABAJO ENDULZA LA VIDA   lunes 16/05/2011 10:12

Valladolid, 16 de mayo de 2011



Querida Rebe y demás seres queridos:


Tengo una lengua muy preguntona, no sé si es virtud o defecto, pero se dice que preguntando preguntando, el ignorante se hace sabio, así que mi curiosidad de hoy me lleva a querer saber si después del largo fin de semana acudís al trabajo a gusto. ¿Os sentís realizados, satisfechos, haciendo lo que hacéis? ¿Vuestro trabajo, además de obligación es placer? ¿Os sentís motivados, realizados, satisfechos?

Lo pregunto porque, vamos a ver, como cada cabeza es un mundo, son muy diversos los modos que cada persona encara su relación con el trabajo. Por tener unos ejemplos: para la mayoría el trabajo ennoblece, pero si les cae el gordo no vuelven a dar palo al agua. Los mimados por la suerte son los que encuentran magia en el trabajo y lo disfrutan. Contrariamente están los que consideran el trabajo el lado grosero de la vida y el fatídico inicio de la semana supone caer en un pozo, en un túnel cuya salida no se ve.

Dice un refrán: el trabajo endulza la vida; pero no a todos les gustan los dulces. Y otro: La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajos bien hechos.

Para los cinco millones de parados, la obligación de trabajar les haría estar bien y ser felices.

Queridos seres queridos, como el trabajo es parte importante de vuestra vida, procurad que resulte una divertida obligación, y si ponéis el corazón en hacer lo que hacéis, la recompensa será una alegría que nadie os puede arrebatar y que veréis aumentada con la satisfacción de compartirla con quienes os rodean.

Besos y abrazos.


Félix