Como refrán la frase no está mal, aunque desafortunadamente –y como bien apuntas- en estos momentos, a cinco millones de parados españoles, no se les podría espetar semejante frase a no ser que fuera con interrogantes; entonces sí, podrían decir si la endulzó, la endulzaría o la endulzará en cuanto esto se arregle y comiencen a salir de su pozo… o de donde se hallen; porque no opino como tú en eso de que "La obligación de trabajar les haría estar bien y ser felices". Me consta que muchos se toman la situación como de vacaciones remuneradas y aunque no hay trabajo, tampoco se desloman en buscarlo; aunque no sea de "lo suyo".
Otros muchos viven en absoluta desesperación y otros...
Si lo afirmas, es porque a ti te la endulzó.
He de decir que también tuve la suerte de trabajar en lo que me gustaba (dependienta, “diseñadora” costurera y montadora de cortinas, “editora y camarógrafa” de vídeos artesanos… y AMA DE CASA) ahí es nada.
Aún gustando, no todos los días se afronta el trabajo con la misma ilusión o las mismas ganas; máxime después de un largo fin de semana, un puente o las mismísimas vacaciones.
Cuesta habituarse de nuevo a la rutina y el primer día, la dulzura se amarga un poco.
Luego están los trabajo-adictos, que viven para trabajar en vez de trabajar para vivir; o los que en su casa están tan malamente que necesitan llenar sus horas con la “felicidad” que les proporciona el trabajo… en vez de intentar también proporcionarse y proporcionar ratos felices fuera de él.
Habría mucho más que matizar a esa afirmación de tu magnífica carta, pero creo que por hoy ya está bien… a no ser que opines lo contrario y quieras que sigamos matizando más y más.
Abrazos y feliz semana a todo el mundo que nos lea… y a los que no, ellos se lo pierden.
Marisa Pérez
EL TRABAJO ENDULZA LA VIDA lunes 16/05/2011 10:12
Valladolid, 16 de mayo de 2011
Querida Rebe y demás seres queridos:
Tengo una lengua muy preguntona, no sé si es virtud o defecto, pero se dice que preguntando preguntando, el ignorante se hace sabio, así que mi curiosidad de hoy me lleva a querer saber si después del largo fin de semana acudís al trabajo a gusto. ¿Os sentís realizados, satisfechos, haciendo lo que hacéis? ¿Vuestro trabajo, además de obligación es placer? ¿Os sentís motivados, realizados, satisfechos?
Lo pregunto porque, vamos a ver, como cada cabeza es un mundo, son muy diversos los modos que cada persona encara su relación con el trabajo. Por tener unos ejemplos: para la mayoría el trabajo ennoblece, pero si les cae el gordo no vuelven a dar palo al agua. Los mimados por la suerte son los que encuentran magia en el trabajo y lo disfrutan. Contrariamente están los que consideran el trabajo el lado grosero de la vida y el fatídico inicio de la semana supone caer en un pozo, en un túnel cuya salida no se ve.
Dice un refrán: el trabajo endulza la vida; pero no a todos les gustan los dulces. Y otro: La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajos bien hechos.
Para los cinco millones de parados, la obligación de trabajar les haría estar bien y ser felices.
Queridos seres queridos, como el trabajo es parte importante de vuestra vida, procurad que resulte una divertida obligación, y si ponéis el corazón en hacer lo que hacéis, la recompensa será una alegría que nadie os puede arrebatar y que veréis aumentada con la satisfacción de compartirla con quienes os rodean.
Besos y abrazos.
Félix