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lunes, 3 de noviembre de 2014

COSAS DE DIOS



COSAS DE DIOS
Valladolid 3 de Noviembre de 2001
Queridos hijos: pues eso, que son días de difuntos propicios para pensar en Dios, en que sus cosas nos quedan lejos. Nuestra vida, hablando religiosamente, no tiene nada que ver con la de los primeros Cristianos que consistía exclusivamente en vérselas con Dios, el hombre sólo vivía de verdad cuando se ocupaba del altísimo, que era quien en realidad existía, puesto que el hombre considerado por sí mismo no tenia realidad. En fin, que Dios lo era todo.
Pero, claro, pasaron los siglos y el hombre ya no tan conectado permanentemente con Dios, no es solamente nada, su vida había cambiado  substanciosamente. Dios  sigue siendo lo que es, su trinidad, su omnipotencia, su ubicuidad, pero el hombre tiene que trabajar con la fe. La fe y la razón se ha roto la armonía entre una y otra son dos cosas diferentes, existe una frontera entre ellas y tiene que utilizar la inteligencia para comprender los misterios divinos, no se trata ya de la anterior fe profunda. Quiere esto decir que el hombre ha levantado la cabeza.
Siguen corriendo los siglos, el hombre se ha modernizado y empieza a tener más fe en sí mismo que en el Dios que ellos mismos va creando a su imagen y semejanza, no aquel que tanto se cuidaba personalmente de los seres humanos. En realidad se interesa más por lo natural que por lo sobrenatural, valora más el más acá que un hipotético más allá, es decir, dinero y en el placer, dos ídolos.
Y así han ido evolucionando las cosas hasta el día de hoy, en que muchos se creen superiores a Dios, sencillamente porque no existe y si alguna vez existió, está muerto, el cielo se clausuro por defunción. Nosotros no es que hayamos dejado de ser católicos, claro que seguimos siéndolo, pero algo desarraigados de Dios, ya no nos apoyamos en Él, nos tomamos sus cosas poco en serio.

Nuestra fe es triste, creemos más con los ojos, con las manos y con las orejas, hemos perdido la cabeza respecto a Dios y en vez  de aspirar al cielo, nos resulta más atrayente una fiesta perpetua en la tierra, la buena vida, comer, beber y despreocuparnos.
Hijos, se ha frivolizado la vida de tal forma que no tenemos tiempo para Dios, el que nuestros ancestros dedicaban a Él, nosotros se lo dedicamos a la tele.
Besos y abrazos.