EXCURSIÓN
A BURGOS EN GRATA COMPAÑÍA
Valladolid 18 de Marzo 2004
Estimados amigos Félix y
Celia: Muy agradecido, muy agradecido y muy agradecido por permitirme pasar a
vuestro lado un día de grato recuerdo.
Un día completo, vivido amigable, apacible, alegremente, y ¿por qué no? también lleno de interés
artístico; por si fuera poco acompañado
de un tibio y agradable clima primaveral.
Visitar la catedral de Burgos
es encontrarse con una entrañable amistad. Fue un breve, pero satisfactorio
vistazo a la decoración exterior, las tres fachadas, la principal, Puerta Real,
impresionante, de la más alta calidad artística que se da en el gótico por la
gran riqueza en galerías, estatuas, balaustradas y rosetones. Destaca la
Galería de los Reyes, los ocho reyes que hubo en Castilla hasta el momento de
levantarse la catedral. A
las dos esbeltas torres le dan remate
las famosas agujas, a la vez ligeras y robustas que dan a la catedral
burgalesa una silueta inconfundible por su incomparable elegancia. La puerta norte, de la Coronería, que
representa en el tímpano el Juicio Final presidido por Cristo, a quien
acompañan la Virgen y San Juan. Estupendas de verdad las figuras de los
apóstoles en actitud de conmovedora beatitud. Pero creo que aún
encierra mayor valor la puerta del sur, la del Sacramental,
donde aparece Cristo sentado, bendiciendo, rodeado de los símbolos de los
evangelistas, el tetramorfos. No se puede olvidar en absoluto el suntuoso
cimborrio, un prisma octagonal con preciosa filigrana en piedra, exquisitas cresterías,
finos pentáculos, arcos y estatuas llenas de arte y gracia.
Pero la catedral, con ser
tanto, no es todo, Burgos es más, mucho más, toda ella esta salpicado de
monumentos históricos y artísticos. A modo de rápido recordatorio citaré: el
Monasterio de las Huelgas Reales que por cuestión de restauración no nos fue posible disfrutar, cual debe ser
los soberbios edificios destinados, según información de la guía, a residencia
de recreo de reinas y princesas, a de más de panteón real, cuyos féretro fueron
profanados por la soldadesca napoleónica. Creo recordar que el Monasterio fue
fundado por Alfonso VIII y la noble reina doña Leonor, su esposa. En la pequeña
capilla mozárabe se armaron caballeros san Fernando y Eduardo de Inglaterra y
se coronaron san Fernando y Enrique de Trastamara.
Se dice, y es cierto, que se
esté donde quiera que sea, si quieres pasarlo bien y sentirte contento se
requiere entusiasmo, y a nosotros no nos
faltó, pues con ánimo alegre trotamos a
través de la ciudad visitando, después de la catedral, las iglesia de San
Esteban y San Gil, los restos importantes de la muralla, etc., etc., etc., y
tras el arco mudéjar de san Martín y el de Santa María, paseamos por el
Espigón, a la orilla margen del río de aguas cristalinas que en esta época de deshielos resulta casi
caudaloso. La excursión tuvo como remate
y fin de fiesta el éxito clamoroso del grupo artístico. Resumiendo, hemos
disfrutado de un día especial, pacífico y sumamente placentero, de los que
dejan grata y honda huella.
Queridos amigos, por todo ello,
afectuosos abrazos, y permitirme fantasear un poco, deseándoos que los
próximos días primaverales que se
avecinan sean para vosotros tan alegres y felices como se suponen son los de las
mariposas y los de las flores, es decir, que os vaya bonito.