Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 9 de diciembre de 2010

ABORTO Y SIMILARES

Otro sabio consejo del Yayo Félix con el que estoy muy muy de acuerdo. 

Marisa Pérez

9-12-2010

Querida Rebeca:

 Durante el larguísimo puente he dado en cavilar en que se me están apagando los últimos rayos del sol de la esperanza de gozar del privilegio maravilloso de ser bisabuelo. ¿Qué extraño fenómeno ocurre para que mis nietos, y todos los nietos de España, no quieran tener hijos? ¿Qué inaudita anomalía para que haya caído en picado el instinto pater-maternal? ¿Cuestión económica?

No puede restarse importancia a la economía, pero en absoluto puede ser la razón fundamental, porque no existe punto de comparación entre el bienestar material de que se goza actualmente y las dificultades por las que nosotros pasábamos y, sin embargo, teníamos copiosa descendencia.

Éramos padres y madres llenos de espíritu paternal que es más fuerte que el egoísmo y las condiciones económicas y actuábamos impulsados por las alegrías y la felicidad que dan los hijos.

De verdad deseábamos tener hijos y no nos importaban las estrecheces, ni echábamos de menos comodidades ni lujos: coche, tele, frigorífico, parquet…Considerábamos que un hogar sin hijos era como un jardín sin flores.

Los hijos de nuestros hijos que gozan de alto nivel de vida no tienen escrúpulos en decir que no tienen hijos porque no pueden criarlos, no se atreven a confesar que no los tienen porque no quieren tenerlos. Cuentan, por añadidura, con todo a su favor en perjuicio de su descendencia: además de la excusa de lo económico, el freno religioso, ya no existe el pecado, los anticonceptivos tan eficaces para evitar el embarazo, el aborto…Y eso no es todo, la emancipación de la mujer que sale del hogar para trabajar fuera, la idea de que los hijos los arrebataron la libertad de que gozan, el deseo de alargar la juventud de la esposa, y sobre todas las cosas la falta de voluntad procreadora. Todo ello aislado o unido son la causa y razón de tan rápida, continua y profunda caída de la maternidad.

No quiero meterme en honduras históricas, pero Roma dejó de ser Roma cuando faltó el respeto a la vida y empezó a practicarse a gran escala el infanticidio ahogando a los hijos no deseados. Séneca, sin ir más lejos, contemplaba el hecho de ahogar a los hijos en el momento de nacer como algo completamente razonable.

La siniestra y perturbadora acción fue causa de la gran crisis demográfica y el déficit de población una de las razones de la caída del Imperio. Igual, igualito que está ocurriendo en la actualidad, y dado que la magnitud del problema es enorme cara al futuro, espero que alguien tome conciencia de ello y eche freno y marcha atrás, poniendo los medios para que de nuevo florezca el instinto meter-maternal y se vuelvan a llenar las casas de críos y de risas.

                 Adiós, besos. 
Félix