Historias de toda una vida

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viernes, 10 de octubre de 2014

COLOSAL PROGRESO



COLOSAL PROGRESO
Valladolid Octubre de 2001
Queridos hijos: No faltan nostálgicos que piensan que nos ha tocado vivir tiempos extraños, que antes se vivía mejor cuando resulta del todo evidente que la diferencia es fantástica, las novedades, los inventos y progreso de toda índole han transformado rápido y profundamente las condiciones materiales de la vida, se han dado pasos gigantes en el nivel económico y social. Quiero decir que hoy se vive considerablemente más cómoda y regaladamente que ayer. ¿Quién hoy por hoy no tiene coche, tele, teléfono móvil, y mil lujos más?
Incuestionablemente esto es así, el progreso es colosal y gozamos de todos los caprichos deseables, sin embargo el personal no es todo lo feliz  que debiera ser porque le falta algo vital, transcendente, algo que bien a bien no sabemos que es, pero lo queremos. Digamos que  hemos transformado este valle de lágrimas en un nuevo paraíso verdaderamente terrenal en el que Adán y Eva vivirían cínicamente compinchados con la culebra tentadora, y esto porque la moral es a todas luces muy otra, y otras también las preocupaciones religiosas, faltan nuevos ideales, en realidad la fe se ha roto y marchitado, hechos que reflejan claramente libros y periódicos llenos de pesimismo, calificando de funestos estos tiempos en los que cuatro privilegiados hacemos dietas adelgazantes mientras  un número increíble de gente fenece de hambruna y de enfermedades fácilmente curables.
Hijos, no sé si os percatáis plenamente del tema, pero no hace tanto tiempo la vida se sentía de muy diferente manera que en la actualidad, este mundo era valle de lágrimas, pero un valle de lágrimas pasajero, un tránsito hacia un fin dichoso e inmortal. No importaba sufrir lo que fuese aquí abajo, lo esencial era alcanzar la meta Divina, lo que resultaba más fácil cuanto más hondo fuese el penar terrenal.

Besos y abrazos