Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 20 de enero de 2011

MIMAR AL CORAZÓN

20/01/2011
Querida Rebeca y todos los demás seres queridos:
 Mi tocayo es un perfecto hombre de bien, un alma buena por naturaleza, consecuentemente, el apelativo “Félix el Malo” no tiene relación con la conducta, la razón es cuestión de salud, un tubo de plástico le recorre el cuerpo desde el tobillo al corazón en sustitución de una arteria averiada.

Inevitablemente, con el corazón de mi amigo seriamente herido, el mío con una cantidad enorme de latidos a su espalda, a ojo de buen cubero, y si mis cálculos son correctos, próximo a los trescientos millones, que ya son pulsaciones. A esto se ha de sumar que las complicaciones cardiacas son la causa principal de la muerte de la gente, y por añadidura, como nadie está libre de una muerte repentina, son motivos sobrados y suficientes para tomar cartas en el vital asunto para recabar información sobre las causas que ocasionan el problema y como evitarlo en lo posible.

No se puede ignorar que el origen de las mismas proviene de un equivocado ritmo de vida, inadecuada alimentación, estrés, enfados, falta o exceso de ejercicio…De ahí que al primer dolor pectoral surja la temerosa pregunta, ¿Estoy sufriendo un ataque cardiaco?

Vamos a ver, un ataque se produce cuando una arteria coronaria encargada de suministrar sangre al corazón es una autopista de colesterol convertida en una carrera de obstáculos y el dolor que sufre la víscera cardiaca es señal evidente e inmediata del accidente, que de tratarse de un dolor sordo con fuerte opresión en el centro del pecho que irradia hacia el pescuezo y la mandíbula es indicación de que se trata de una angina de pecho, que suele sobrevenir de un esfuerzo intenso y está provocado por un coágulo que bloquea la afluencia de sangre al corazón. Con el reposo suele desaparecer.
Por otra parte, el temido infarto también hace su aparición en forma de intenso dolor, pero se diferencia en que desde el pecho se extiende al brazo izquierdo. Es más grave y deja secuelas por la falta de oxigeno que ha creado.

No cabe vivir guiados por la ignorancia, queda meridianamente claro que al músculo cardiaco hay que llevarlo en palmitas, tratar con mucho miramiento considerando que nos ha de durar toda la vida y que la tal vida no retoña. Pero ojo al dato, mimar al corazón resulta sencillo, consiste en llevar un ritmo de vida gratificante que nos permita disfrutar de las mil pequeñas  cosas cotidianas sin exceso de prisas por nada, seguir una alimentación correcta pobre en grasas  y rica en frutas y verduras. Si estamos bien surtidos de sentido común y queremos que nuestro corazón  funcione como un reloj suizo, hemos de evitar acelerones que obliguen a la válvula cardiaca a latir atropelladamente, alejar de nuestro lado desasosiegos, inquietudes, nerviosismo excesivo y emociones fuertes, porque cierto que de algo hemos de morir, pero como sólo se muere una vez, no hay que dar motivos para que ésta se precipite, que espere un poco todavía, no hay prisa.

Queridos seres queridos, vuestros corazones en estado juvenil con capacidad para arrebatos de entusiasmo y pasión  están lejos de tales problemas, pero no estará mal, nada mal, tomar buena nota de que hay que aprender a ser buenos viejos cuando se es joven.

Abrazos, besos y os quiero ver a todos saludables, en paz y felices.

                                  Félix