Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

lunes, 6 de febrero de 2012

QUERIDO HIJO PRIMOGÉNITO


También te envío mis felicitaciones Jose.

Abrazos

Marisa Pérez

6 de febrero de 2012 11:25 

Querido hijo primogénito:


Que pases un día grandioso, respirando gratas emociones y optimismo de la mejor ley, aprovechando el tiempo para hacer cosas que te den salud y alegría. Esa alegría que es resultado de una vida recta y provechosa, la que sin una brizna de duda sé que mereces. Existen personas cuyo espíritu vibra ante las cosas bien hechas, daré un ejemplo al azar: tú mismo. Si así son las cosas, así hay que decirlas.

Vamos a ver, jovencito casi sesentañero, según aseguran los cerebrados que emplean su tiempo y esfuerzos en estudiar el tema, reír rejuvenece. La inteligencia es un gran don, pero hay que usarla inteligentemente, y nada mejor que riendo franca, contagiosa, jubilosamente, irradiando alegría, así pues, ánimo y arriba los corazones.

Te supongo enterado de que cruza España, Piel de Toro, una heladora ola de frío siberiano que tiene al personal aterido -no a mí que no soy friolero-  y al país cubierto de una espesa capa de blanca nieve, bueno, exceptuando Valladolid, porque aquí la del blanco meteoro brilla por su ausencia, así como abunda en el noble, leal, antiguo y minúsculo pueblo de Cornón de la Peña, donde ha caído una buena.

Y mencionado Cornón, decía mi tío “Rojo” que para vivir mucho no hay nada como no morirse. Correcto, pero a todos nos gusta vivir mucho y a nadie ser viejo. Yo ya he alcanzado la longevidad, tengo la tira de años, pero aún soy joven, porque es joven quien se siente joven. Envejecer bien no es lo mismo que deteriorarse, y yo no estoy dispuesto a dejarme atropellar por la decrepitud, para ello tomo la pastilla de hacer cosas y no paro para que no decaiga el júbilo de vivir, ni perder la fe, la esperanza y el entusiasmo. Decía Einstein, que no hablaba únicamente por abrir la boca, que hay dos maneras de ver la vida: una como si nada fuese milagro, la otra como si todo fuese milagro; yo me integro el segundo grupo, saber ver los pequeños milagros de la vida: mi biznieto, la luz, el cielo cuajado de estrellas titilantes los primeros.

Alegremente te hago saber que se está reduciendo lo abultado de mi abdomen, nada fácil, en una familia dada a la buena y abundante manducatoria, de estómagos satisfechos, consecuentemente todos terminamos gorditines, será cosa de genes. Por si te interesa te facilito la lista de los mejores doctores  dietéticos: Dr. Dieta, Dr. Tranquilidad y Dr. Alegría.

La música es la chispa de la vida, y a mí la selecta de mi MP3, los ejercicios respiratorios y la meditación de cada día me relaja, me desconecta y me carga las pilas. En otras cuestiones soy el primero en equivocarme y actuar incorrectamente, pero en esto predico con el ejemplo y me va fenomenal. Imitadme.

Oye, hijo, si mis cartas necesitan crítica es porque, según se asegura, una narración no sometida a la crítica no merece la pena, así que ya conoces tu obligación: criticarme.

Querido primogénito, como lo importante es saber que estás vivo y vivir, tú vive haciendo eso en lo que yo te alabo el gusto: leer mucho y caminar mucho, porque quien mucho lee y mucho camina, mucho sabe y mucho ve.

Que hoy y siempre disfrutes de una felicidad fácil y sencilla, pero profunda en sus raíces. 

Mil y un abrazos y besos para ti y para la indita huachichila, patita rajada, de este gachupín que lo es, Félix, padre y suegro.