Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

sábado, 10 de noviembre de 2012

LOS OJOS HABLAN



La carta de hoy coincide en día con la remitida hace 11 añitos aunque podría haber sido escrita ayer mismo porque sigue siendo realidad lo que en ella expresas. Suele ocurrir en muchas de ellas, con lo que me doy la razón cuando digo que tus cartas son enseñanzas de vida. Nunca pierden su esencia y continúan frescas a lo largo de los años.
Te deseo un feliz fin de semana lleno de todo cuanto y cuantos  deseas.
Que no te falten mis arrumacos apapachantes.

Marisa Pérez Muñoz

LOS OJOS HABLAN

Valladolid, 10  Noviembre de 2001

Queridos hijos: Quizá porque con más frecuencia de la debida de la verdad se duda y se cree la mentira,  el mundo está lleno de ellas.
Todos entramos alguna vez  el juego de las pequeñas mentiras, pero los hay que mienten más que parpadean, incluso quienes faltan a la verdad descarada y diabólicamente, pero se atrapa primero a un mentiroso que a un cojo, basta mirarle a los ojos, porque los ojos son como la prueba del algodón,  no engañan. O sea, que resulta más fácil conocer a la gente valiéndose más de lo que se ve que de lo que se oye...

Los ojos dicen lo que la palabra niega, al margen de la voluntad, porque el órgano de la visión se expresa con sinceridad imposible de ocultar. Busca en la mirada y hallarás le verdad, toda la verdad.
No faltan quienes opinan que resulta exagerado confiar tanto en los espejos del alma que el buen Dios colocó uno junto al otro en el centro de la cara. Puestos a desconfiar de la palabra, dice, son más fiables los gestos de la boca que los resplandores que surgen de entre las pestañas. En la boca se refleja la mentira.
Para saber si alguien te está largando una patraña, seguir de cerca el movimiento de los labios con la seguridad de que en los rincones de la boca denuncian al mentiroso. Indiscutible, pero yo encuentro más fiable los ojos, son más reveladores, los ojos hablan, son la parte del cuerpo más delatores, basta una rápida mirada para descubrir el amor y la hostilidad.
        
Besos y abrazos,