Historias de toda una vida

Cartas que agrada recibir

jueves, 20 de diciembre de 2012

CAPACIDAD DE AYUDAR A LOS DEMÁS



Querido yayo Félix: Aquí me tienes con un trancazo del 15 resuelta a continuar la tarea de publicar tus queridas cartas.
Sigo casi cronológicamente el archivo y hoy nos das lección de gramatica directa al corazón. ¡¡Qué grande eres Yayo Félix!!

Dulces sueño vejete simpático y bonachón

Marisa Pérez

CAPACIDAD DE AYUDAR A LOS DEMÁS

 Valladolid, 14 Diciembre de 2001

         Queridos hijos: Las palabras empatía, apatía, simpatía, antipatía…derivan de la misma raíz, pero los significados son muy diferentes: antipatía es igual a sentimientos de rechazo, repugnancia instintiva; es la contraria de simpatía que expresa afecto natural, afinidad, estima. Apatía equivale a desinterés, insensibilidad, desidia, indolencia, todo lo contrario a empatía que significa mostrar por los demás sentimientos de afecto, de agrado y respeto. Consiste la empatía en meterse en la piel del otro y comprenderle íntimamente; es la empatía una amistad directa de corazón a corazón, es para decirlo todo de una vez, la capacidad de ver la realidad con las gafas del otro. O sea, que visto lo que vemos, realmente estamos  muy necesitados de ganar en empatía.
Somos más bien individualistas y nos resulta más fácil encerrarnos en uno mismo que optar por cultivar la empatía en las relaciones con los demás. Si fuéramos capaces de conectarnos emocionalmente con los sentimientos de los que nos rodean, de sentir como propio su dolor, procurando aliviarlo, de abrir nuestro corazón a las penas y problemas y ayudásemos a librarse de ellos, otro gallo nos cantaría.

Para poner aún más claro el tema cito un ejemplo que todos hemos observado en sin número de ocasiones en la propia familia: la clara muestra de empatía emocional  de los niños pequeños, o sea, cuando todavía son incapaces de distinguir entre él y los demás, dando lugar a interpretar la congoja del hermano con la suya y confundiendo los sentimientos del otro con los propios, y se organizaba el gran lloradero. Por simpatía se suele decir.

Hijos, si abrís vuestros corazones ante los sentimientos conflictivos de los demás, si os acercáis emocionalmente a otra persona mostrando por ella afecto cálido, simpatía, respeto e interés, tratando de llevarle un poco de alegría, estáis practicando la empatía.

 Besos y abrazos,