ARRIBA LOS CORAZONES
Melilla 15 de
abril de 2001
(Domingo de
resurrección)
Querida
hija, proyecto de esmirriadez: Como cada día he visto salir el sol, y digo que
lo he visto con plena significación del verbo, porque efectivamente se deja
ver. En tanto logra levantar los pies del suelo se le puede mirar
descaradamente a la cara, por supuesto no después, cuando levantando el vuelo
cielo arriba y se pone a pasear majestuosamente por el firmamento, ¡ojo
entonces! que nadie se atreva si no quiere que su luz cegadora le
chamusque las pupilas.
Pero
no eso lo que yo quería decir, sino que, oye, comer no comerás, pero beber
espero no hayas perdido la buena costumbre de hacerlo elegantemente, con el
meñique ponderativamente tieso, señalando directamente al cielo. En eso parecer
ser que me imitas. Haces muy bien.
El gran jefe
dice, ¡arriba los corazones!