Ayer abrí mi
ventana algo más pronto de lo habitual; vi un hermoso amanecer y pensé en ti y
en lo mucho que disfrutabas contemplando el nacer de un nuevo día.
Veladamente me he
disculpado muchas veces por no publicar a diario una de tus queridas cartas. Bien
sabes que no es olvido ni falta de cariño o de costumbre, pero por unas cosas o
por otras, no encuentro el momento de hacerlo más a menudo.
Lo importante es
que sabes que te recuerdo con infinita ternura y ahora que tu hermano Paulino ha
comenzado a mostrarnos su vida en cartas, iré intercalándolas con las tuyas en
este tu Blog; porque estoy segura que te ilusiona que así sea.
Te quiero mucho;
no olvides dar un abrazo a mi padre. Dulces sueños.
Marisa Pérez Muñoz
SER COMO NIÑOS
VALLADOLID, 24 OCTUBRE
DE 2001
Queridos hijos: Es posible que
mis cotidianas cartas carezcan de interés; que algunas sean poco emocionantes,
pese a ello me obligo a escribirlas porque según las investigaciones del tema,
leer y escribir tienen efectos terapéuticos, dado que el esfuerzo mental que
requieren renuevan cambios en el cerebro
que en alguna medida esquivan el deterioro de la memoria de las personas de
edad avanzada.
La lectura, la escritura, los
juegos de mesa, el baile, los paseos y
las actividades recreativas en general figuran entre las ocupaciones más
recomendadas para llenar los ocios de las personas que tenemos metidas larga
recua de años, ya que además de pasarlo bien estamos salvaguardando la salud
tanto física como mental. Física porque aleja el riesgo de que el corazón
pierda el buen ritmo, y mental porque evita que la memoria se evapore al
ejercitar "el taliento del cerebro", aumentando lo que los médicos
llaman "reserva cerebral" que reduce los riesgos de problemas propios
de los abueletes.
Lo estupendo de esta cuestión es
que los efectos son acumulativos, osea, a mayor diversión mayor salud. Dicho de
otro modo, el riesgo de desarrollar estos problemas disminuye en mayor medida
en las personas divertidas que en las aburridas. Dicho aún de otra manera, si
uno tiene alegre el espíritu se aleja la posibilidad de desarrollar, por
ejemplo, del asustadizo problema del Alzheimer que convierte a las personas en
una especie de vegetal. Según se
asegura, esta temida enfermedad no es únicamente cuestión de genes, sino
también del estilo de vida.
Hijos, por lo que tengo
averiguado, para todos sin excepción, la mejor manera de conservar el corazón
joven y la mente sana es actuar en positivo, mostrarse siempre alegre,
optimista y de buen talante, y para los que estamos ya al final del hilo aún
hay más, volverse niños y actuar como ellos, que nunca se cansan de jugar y
divertirse.
Besos y abrazos
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