UN EXCELENTE HOMBRE DE BIEN
Valladolid 23 de Septiembre de 2009
Mi muy estimada amiga Celia, señora de cara alegre y risa fácil: Mira, verás, ¿Tu
marido “malo”? No, no y cien veces no. Es mentira que lo sea. Ocurre
exactamente lo contrario, es a todas luces un excelente hombre de bien. Y si él
es fundamentalmente buena persona, tú, no tengo ni la más leve brizna de duda,
eres una de esas mujeres que hacen de su hogar algo parecido al paraíso. Y en
eso te alabo el gusto, más diré, si formáis una pareja rotundamente casados,
inseparable, justo es que gocéis de la sencilla alegría de la paz y del cariño.
Lo de “Félix el Malo” debo y quiero aclararlo por ser
el autor del apelativo, por supuesto, llevado por las circunstancias, pero sin
pasar de una broma que tiene su razón de
ser en la coincidencia de integrar nuestro grupo tres Félix: Félix a secas; “Félix el
Malo” únicamente por la cicatriz que le cruza el cuerpo consecuencia de la
operación cardiaca y “Félix el Bueno” porque por aquel entonces gozaba de salud
robusta. Tú, Celia, que conoces hasta el último recoveco su corazón, el
rinconcito del alma donde nacen los sentimientos más nobles, sabes mejor que
nadie que de mala gente no tiene absolutamente nada. Pero eso sí, es un
zorreras consumado.
A nosotros, sus amigos, esa zorrería nos causa risa,
lo que resulta estupendo, porque la risa es altamente beneficiosa, cura. Y eso
no es todo, en nuestras vidas saturadas de años, la edad no se mide por los
tales años, se mide por el humor, el optimismo y la alegría con que los
vivamos. Si ponemos nuestra inteligencia al servicio de la razón y somos
capaces de sentir el delicioso placer de sentirnos vivitos y coleando, de no
poner nunca mala cara a esa pequeña cosa, casi un suspiro que es la vida; si
nos tiramos cada mañana de la cama con el firme propósito de no entristecernos
por nada ni enfadarnos con nadie veremos las cosas por su lado positivo,
disfrutando de la existencia con los cinco sentidos.
Amiga Celia, con toda la fuerza de mi corazón os deseo
que el buen Dios os conceda el don de la
alegría, la salud, la tranquilidad de espíritu, el humor y el amor.
Afectuosos saludos
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